La portavoz de la Generalitat de Cataluña y consellera de Presidencia, Meritxell Budó, ha anunciado que el Govern ha decidido levantar el confinamiento perimetral de la Conca d'Òdena para que este territorio, en cuarentena desde el pasado 12 de marzo, se equipare a la situación del resto de Cataluña.
Esta decisión, que afecta a cuatro municipios --Igualada, Vilanova del Camí, Santa Margarida de Montbui y Òdena--, por mucho que pueda "invitar al optimismo", no debe hacer que se "baje la guardia, en ningún caso" porque relajar el confinamiento puede llevar a un "efecto rebote" y a la "multiplicación de los contagios", ha recalcado Budó en una rueda de prensa telemática.
El confinamiento "ya no tiene sentido"
Meritxell Budó ha anunciado que el comité técnico del Procicat avala el levantamiento del "confinamiento específico" de la Conca d'Òdena por el coronavirus. El conseller de Interior, Miquel Buch, ha considerado que los vecinos de esa zona se encuentran en la misma situación que el resto de catalanes, dado que "estamos todos encerrados en casa", por lo que ha sostenido que ahora "ya no tiene sentido" seguir con esta medida.
Así se lo comunicará el Govern al Ministerio de Sanidad, que deberá decidir a su vez si autoriza el fin de este confinamiento perimetral o no. Esta decisión se da tras la polémica suscitada por los datos de la Generalitat sobre Igualada. El viernes informó de que no se dio ningún fallecimiento causado por el coronavirus, lo que desmintió el alcalde del municipio, Marc Castells. Dijo que al menos 11 personas murieron a lo largo del día de ayer. "Cuatro en el hospital y otras siete en domicilios o residencias" de ancianos.
Las polémicas cifras de la Generalitat
Las palabras de Castells ponen en duda las cifras que maneja la Generalitat. "Nosotros no damos los datos; nosotros tenemos la información. Parece que las entradas en nuestro hospital están bajando y parece que el confinamiento está dando resultados. Es la medida más segura para salir de esta situación", ha recalcado Castells.
El alcalde ha constatado que el número de muertes aún no está disminuyendo, y ha aprovechado la ocasión para urgir a que se hagan test rápidos a la población de la Conca d'Òdena "para detener la pandemia". Mientras, la consellera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, ha asegurado que la evolución del coronavirus en Igualada --con 644 positivos, de los que 154 son sanitarios, y 107 defunciones-- y en el resto de la Conca d'Òdena es un "mensaje de esperanza", puesto que la curva epidémica indica un decrimiento.