La llegada del coronavirus a principios de este año y su rápida expansión en el mundo ha provocado grandes alteraciones del funcionamiento normal de la economía y de la vida. En aras de minimizar el contagio, han tenido que aplicarse medidas extremas de seguridad, como evitar las aglomeraciones, el distanciamiento social o pausar todas las actividades consideradas no esenciales.
El sector del transporte público es uno de los más afectados por la pandemia. Debido a su naturaleza de aglomerar, en algunas ciudades se ha decidido el cierre temporal del metro, y en algunas otras, la mayoría, se ha adoptado un protocolo de prevención del contagio en el que los operadores han tejido una estrecha colaboración con las autoridades para poder seguir ofreciendo este servicio a la ciudadanía.
Un viaje a través de tuits
Al tratarse de un servicio esencial, muchas ciudades, como Barcelona y Madrid, han optado por modificar tanto la frecuencia de los trenes como los horarios. Pero alrededor del mundo se han tomado opciones diversas. Es el caso de la ciudad de San Francisco, donde se tomó la decisión de cerrar completamente el metro ligero.
Este artículo, a través de tuits, recoge lo que ha ido sucediendo con el transporte público de diferentes países, empezando con el mensaje de un artículo del Urban Transport Magazine, que presenta una fotografía de la situación del metro en diferentes Estados, y terminando con China, donde el río va volviendo, poco a poco, a su cauce.
Limitación de la frecuencia y distanciamiento social
En Milán, la primera ciudad europea en expandirse masivamente el coronavirus, las autoridades decretaron el confinamiento total y el servicio de metro seguía funcionando para aquellas personas que debían desplazarse para acudir a sus puestos de trabajo. Sin embargo, el transporte público limitó su frecuencia y redujo sus horarios. Esto supuso un conflicto, porque seguía habiendo una franja horaria en la que se detectaban picos de aglomeraciones puntuales.
Del mismo modo, en Vancouver decidieron limitar los asientos de los autobuses para evitar que los pasajeros incumplieran las medidas indicadas por las autoridades sanitarias sobre el distanciamiento social. De este modo, siempre debía quedar un asiento libre entre persona y persona.
Transporte público casi vacío
Según este tuit del diario argentino La Nación, el metro de Buenos Aires empezó a mediados de marzo a operar casi sin pasajeros a bordo, hasta llegar al mínimo histórico. Una variación sin precedentes en este medio de transporte, del que no se tenían registros ni siquiera en festivos.
Asimismo, en Francia, los transportes públicos tienen que desinfectarse antes de ser usados, además de limitar el número de pasajeros y la frecuencia de sus viajes.
Wuhan, a punto de recuperar la normalidad
En este tuit del Global Times, se muestra una galería de fotos de la población de Wuhan usando el bus, después de dos meses de confinamiento total.