Aumentan las consultas por violencia machista y por agresiones de hijos a padres durante el confinamiento. Así lo ha detallado la presidenta del Institut Català de les Dones (ICD), Laura Martínez, tras decectar un aumento de las llamadas, tanto al al 112 como al 900 900 120.

"Los hijos que ya venían ejerciendo violencia contra sus padres ahora están encima más nerviosos y los padres en una situación más vulnerable, más aislados y con menos recursos para pedir ayuda", ha lamentado Martínez, quien ha mostrado su preocupación porque las agresiones durante la cuarentena "están invisibilizadas" y "es imposible saber todo lo que ocurre realmente" dentro de las casas.

Aumento de las llamadas

Así, se ha pasado de 25 llamadas al día --al 900 900 120-- en el mes de febrero a 38 durante las dos primeras semanas de confinamiento (desde el 16 de marzo). Ese aumento no proviene, en su mayoría, de las propias víctimas de violencia, sino de redes asistenciales de seguimiento, que alertan de la situación.

Las llamadas del entorno familiar de las víctimas han bajado (por tener menos posibilidad de contactar con ellas), mientras que las de las propias mujeres se han mantenido estables, ha señalado, sin poder precisar el número exacto.

Abusos y maltrato infantil

Este miércoles, los Mossos d'Esquadra han pedido a los ciudadanos que durante el confinamiento extremen la atención y sean una especie de "radar" para detectar casos de abuso sexual y maltrato infantil en el vecindario, ante el riesgo de que pasen desapercibidos por el aislamiento de las víctimas.

La inspectora Montserrat Escudé ha advertido de que en colectivos vulnerables, como los menores, siempre existe una "cifra negra" de casos que no afloran, pero temen que con el confinamiento aún sea mayor, ya que la mayoría de maltratos se producen en el entorno familiar.

Víctimas

Según Escudé, con los menores encerrados en casa se pierde una de las vías más habituales para saber si son víctimas de abusos o maltrato en su casa: bien porque lo detecta el profesor o bien porque el niño lo cuenta a un amigo de la escuela y ese a sus padres y de ahí se abre el ciclo para que el caso llegue a la policía.

Con el confinamiento, que brinda a los maltratadores y abusadores su escenario ideal -ya que siempre buscan el aislamiento de la víctima-, se reducen las posibilidades de que pueda entrar en escena una tercera persona para denunciar la situación.

Alerta vecinal

"En este caso, si los vecinos oyen gritos, lloros constantes de un menor o cualquier situación que intuyan que pueda obedecer a la violencia en el domicilio, que lo comuniquen", ha pedido la inspectora, que ha reconocido que el confinamiento deja "poco margen" para detectar malos tratos o abusos a menores: "Todo lo que no se nos comunique queda muy soterrado".

Por este motivo, los Mossos apelan a los vecinos a que actúen como "radares", al igual que a los responsables de supermercados y farmacias -los pocos establecimientos que siguen abiertos en el confinamiento-, y que a la mínima sospecha que detecten se conviertan en un "altavoz" del menor.