La histeria colectiva se ha apoderado de la población a causa de la crisis del coronavirus. Esta mañana, horas después de que el Gobierno anunciara la declaración del estado de alarma y de que la Generalitat exigiese un cierre total de la comunidad, se han registrado numerosas aglomeraciones a las puertas de muchos supermercados catalanes.

Una situación que ha obligado a los Mossos a hacer un llamamiento a la "responsabilidad" de los ciudadanos, y a los distribuidores a asegurar que el suministro a los establecimientos de alimentación está garantizado.

Colas y policía

Cataluña ha amanecido con las calles más vacías de lo habitual pero con largas colas a las puertas de un buen número de supermercados, panaderías y farmacias, que restringen la entrada para evitar contagios. Muchos de los clientes llevan mascarillas y son obligados a guardar una distancia de seguridad entre ellos.

En algunos casos, como en un Mercadona de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) --que se muestra en el vídeo adjunto--, los responsables de los establecimientos han requerido a los clientes que formen colas ordenadas, y la policía local y los Mossos d'Esquadra han tenido que intervenir.

Los Mossos piden tranquilidad

Ante esta situación, los Mossos han hecho un llamamiento a evitar las aglomeraciones ante los comercios y establecimientos de alimentación porque podrían provocar un problema de orden público y también suponen un mayor riesgo de contagio.

A traves de las redes sociales, han recordado que "el abastecimiento de productos está garantizado". "Realizad las compras con normalidad", han insistido.

Incapaces de reponer los productos

Por su parte, las empresas de distribución alimentaria de Cataluña han garantizado el suministro a supermercados y puntos de venta de alimentos, y han pedido calma y racionalización del consumo para evitar aglomeraciones y la acumulación innecesaria de productos en casa.

Eso no ha evitado que escenas de estanterías vacías en numerosos supermercados, aunque la empresas de distribución aseguran que solo se debe a que los trabajadores de los establecimientos no dan abasto para reponer los productos, y no porque falten suministros.