Los Mossos d'Esquadra recibieron el año pasado 4.378 denuncias desaparecidas en 2019, lo que significa una media de 12 diarias. Del total de personas de las que se perdió el rastro, el 48% sufría algún trastorno mental, y el 35% eran menores con una edad comprendida entre los 13 y los 17 años.
Unas cifras que suponen una reducción del 1,5% respecto al año anterior. Seis de cada diez eran hombres, y el 72% del total reaparecieron en los cuatro primeros días de búsqueda.
Adultos hasta 65 años
Estas son algunas de las cifras que se han dado a conocer este lunes en el acto institucional en homenaje a las personas desaparecidas sin causa aparente, que ha inaugurado el conseller de Interior, Miquel Buch, y ha clausurado el director de los Mossos d'Esquadra, Pere Ferrer.
La principal franja de edad de las personas que desaparecen es la de los adultos hasta los 65 años --el 58%--, seguida de los menores entre 13 y 17 años de edad --el 35 %--, de los ancianos mayores de 65 años --el 5%--, cerrando la tabla los niños entre cero y 12 años --el 2%--.
El 72% vuelve voluntariamente
Por geografía, las comisarías de la policía catalana que recibieron más denuncias de personas desaparecidas fueron la metropolitana norte, que engloba entre otras el Vallès Occidental, el Vallès Oriental y parte del Maresme, y la metropolitana sur, que incluye el Baix Llobregat o la ciudad de L'Hospitalet de Llobregat.
De estas personas, el 72% vuelven voluntariamente en los cuatro primeros días desde su desaparición, y el 94% de los casos se resuelven en un mes. Estos datos contrastan claramente con las desapariciones vinculadas a actos delictivos, como los homicidios con la posterior ocultación del cadáver para hacerlos pasar como desapariciones o las detenciones ilegales que, en la última década, suponen un total de 32 casos. De ellos, 20 fueron homicidios con ocultación de cadáver y tres detenciones ilegales de mujeres.
Tipología de desapariciones
El intendente Ramón Chacón, subjefe de la unidad de investigación criminal de personas desaparecidas, ha diferenciado entre dos grandes grupos: las desapariciones voluntarias, en las que solo actúan si hay indicios de suicidio que pongan en peligro la vida de esa persona, y las involuntarias.
Dentro de las involuntarias Chacón ha destacado a su vez tres subgrupos: las relacionadas con accidentes, catástrofes o personas con problemas cognitivos, en las cuales se activa una búsqueda, las desapariciones con indicios de criminalidad como homicidios, detenciones ilegales, secuestros o matrimonios forzosos y las que no tienen una causa aparente.
Denuncia inmediata
Sobre esta última tipología de desapariciones, las que no tienen una causa aparente, el intendente de los Mossos ha reclamado una ley, herramienta o mecanismo que permita a los investigadores acceder a determinadas informaciones como la geolocalización de móviles o las cuentas bancarias, sin tener que esperar a una resolución judicial porque, ha defendido, el tiempo es crucial para que "no se pierdan los indicios criminales".
Por su parte, el inspector Albert Oliva, que dirige la Oficina de Atención a las Familias de Desaparecidos, ha subrayado también que el tiempo es fundamental para la investigación, por lo que ha animado a "erradicar la leyenda" de que hay que esperar 24 horas desde la desaparición de una persona para presentar la denuncia.