Choques entre dos grupos por el control del territorio en Barcelona. Dos grupos antagónicos locales y suramericanos están a la greña en la zona del Besòs-Maresme, un antagonismo que ya ha provocado incidentes, como ataques a viviendas y coches, y ha resucitado el fantasma de la muerte violenta del rapero dominicano Monkey Black, acuchillado en la zona en 2014.
Así lo han explicado fuentes vecinales, que han concretado que "la situación está volviendo a la normalidad" tras un enero muy tenso. Al parecer y según estas voces, los enfrentamientos se iniciaron por el control del espacio público en la calle Oristany, una de las zonas calientes del barrio fronterizo con el municipio Sant Adrià de Besòs. "Se disputaban el control de una zona en la que se venden objetos robados y otras cosas", han señalado. La riña obligó a reforzar la presencia policial en el lugar, hasta que ha podido desactivarse el incidente. Ahora vuelve a reinar una precaria calma.
AAVV: "La situación ha mejorado"
En conversación con este medio, el presidente de la asociación de vecinos de Besòs, Francisco Abad, ha admitido "problemas puntuales entre grupos" en la zona, aunque ha precisado que "éstos ya se han acabado tras varias detenciones". Según sus datos, la situación de la seguridad pública en la franja fronteriza norte de Barcelona "ha mejorado" con respecto a 2019, cuando tuvieron lugar manifestaciones vecinales contra la degradación del espacio público.
"Hay policía cada día. Se nota, y mucho. Se ve presencia policial y el consumo y distribución de droga ha caído en picado. Ello redunda en una mejor calidad de vida, la gente sale a pasear con sus carros, va al mercado cuando antes no lo hacía y ha vuelto a sus quehaceres cotidianos", ha señalado el activista vecinal. La agrupación de residentes trabaja codo con codo con la Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d'Esquadra para señalar los puntos negros de incivismo.
'Síndrome Monkey Black'
El fin del conflicto entre bandas en el Besòs ha vuelto a poner sobre el tapete uno de los momentos más tensos que se vivieron entre comunidades en la vecina Sant Adrià. Ocurrió en 2014, cuando una discusión en el bar Aparkao de la localidad acabó con la vida del famoso rapero dominicano. Dos años después, la Audiencia de Barcelona condenó a 17 años a Vicente Bibian Arribas por ser "cooperador necesario" en la muerte violenta de Leonardo Michael Flores Ozuna, cantante que tenía solo 28 años, tal y como avanzó El Periódico.
De hecho, durante algunos de los nuevos enfrentamientos entre grupos, esta vez en Barcelona, el nombre del rapero se gritó a modo de insulto entre ellos. Cabe recordar que al autor material del apuñalamiento sigue huido de la justicia.