La intermediación inmobiliaria es un negocio que puede ofrecer una alta rentabilidad. Este sector ofrece un servicio que se considera de primera necesidad: proporcionar la compra-venta de un inmueble.
Se trata de algo que tarde o temprano todo el mundo necesita en algún momento de su vida. Tanto si es mediante compra o alquiler, supone un desembolso económico muy importante. Por eso, es imprescindible contar con profesionales inmobiliarios.
En este artículo vamos a explicarte cuáles son los requisitos para montar una inmobiliaria. Así, con un análisis y control adecuado de ciertos elementos, es posible abrir una agencia inmobiliaria, pero hay que estar preparado para las dificultades que presenta un sector altamente competitivo.
Requisitos legales mínimos
La actividad inmobiliaria está liberalizada en España. Esto quiere decir que, a priori, cualquier persona puede abrir una inmobiliaria, constituyendo una sociedad mercantil como vehículo jurídico. Una sociedad permite limitar la responsabilidad al capital aportado, y tiene otra serie de características que facilitan operar en el tráfico mercantil.
Para ello, la normativa estatal exige el cumplimiento de algunos trámites, a los que se les puede añadir algunos requisitos de tipo autonómico.
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Debe solicitarse un nombre (o razón social) e inscribir la sociedad en el Registro Mercantil.
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Debe suscribirse un capital social mínimo de 3.000 euros e ingresarlo en una cuenta bancaria abierta a nombre de la sociedad.
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Debe obtenerse un número de identificación fiscal, para operar todos los trámites ante la administración tributaria, y darla de alta en la actividad económica que vaya a desarrollarse (en este caso, la intermediación inmobiliaria) de cara a la liquidación del Impuesto de Actividades Económicas.
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Debe constituirse la sociedad en escritura pública ante notario.
Otros requisitos
Estos son las legalidades mínimas para que la agencia exista. Pero además, es necesario darla de alta en la Seguridad Social, como autónomo societario al administrador de la sociedad, y como trabajadores a los empleados.
En cuanto al espacio físico, hay que obtener una licencia de obras (en caso de que sean necesarias para acondicionar el local), una licencia de apertura (que podrá sustituirse por una declaración responsable) y un informe de riesgos laborales realizado por empresa autorizada. Además. es importante no suscribir un seguro de responsabilidad civil que ampare posibles responsabilidades en el ejercicio de la actividad profesional.
Por último, por la naturaleza de su actividad la agencia debe cumplir con la normativa de protección de datos y con la ley de prevención de blanqueo de capitales.
Elementos para el éxito del negocio
El hecho de cumplir estos requisitos jurídicos habilita para crear una empresa, pero no garantiza la rentabilidad de esta. Para eso, es necesario analizar en profundidad el mercado.
¿Cuántas operaciones inmobiliarias se realizan en ese ámbito? ¿Cuántas son de obra nueva y cuántas de segunda mano? ¿Cómo de saturado está el sector de los intermediarios? ¿Cuál es el precio medio de las propiedades en la zona en la que te quieres ubicar?
Franquícia
No existe un único modelo, de modo que se puede optar por asumir el riesgo estableciendo una agencia propio, o de otro modo, optar las franquicias ya que tienen una mayor garantía de éxito.
Este tipo de negocio asegura una rentabilidad asegurada, además de un reconocimiento de marca que facilita el posicionamiento incluso a nivel internacional. Asimismo ofrece soporte, asesoramiento y formación que serán claves para el desarrollo.
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