El Instituto de Coordenadas insiste en que el cigarrillo electrónico es una "alternativa real" para reducir el tabaquismo, por lo que pide al Gobierno de España una legislación "flexible", como la que aplican algunos países del entorno. Además, el organismo comenta que hay "evidencias suficientes" para considerar la alternativa del vapeo como una forma de reducir la adicción al tabaco y aminorar sus efectos negativos en la salud.
En España, el Instituto de Coordenadas lamenta que la actual ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, se muestre "muy beligerante" con los cigarrillos electrónicos, hasta el punto de equipararlos al tabaco en una reciente campaña institucional, algo que el organismo considera "perjudicial". Provoca "confusión" en los usuarios hasta el punto de que "hay quienes regresan al tabaco ante las dudas que provoca la falta rigor".
"Evidencias científicas" del cigarrillo electrónico
El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, ha argumentado que hay que "valorar el cigarrillo electrónico como una opción más que tiene el fumador para conseguir la deshabituación del tabaco". "El ministerio debe analizar, desde la evidencia científica y las experiencias internacionales, la aportación real que puede tener el cigarrillo electrónico en la estrategia antitabaco en nuestro país", ha apostillado
"Nadie pone en duda que ningún método de deshabituación del tabaco es inocuo, ya sean pastillas, parches o vapeadores, pero todos ellos bien usados están demostrando mayores beneficios que riesgos y claras ventajas frente a tabaco", expone. El tabaco causa más de 56.000 muertes anuales en España, con un consumo generalizado de más del 23% de la población y que comporta un gasto sanitario por encima de los 7.000 millones.
La UE y el vapeo
Además de campañas institucionales con "falta de precisión y poco eficientes", la organización ha avisado de que existe una "presión" sobre el cigarrillo electrónico en España que está impactando sobre la libertad de elección en las opciones de deshabituación para muchos ciudadanos que lo ven como alternativa.
"La Unión Europea tiene una legislación muy clara y rigurosa sobre el vapeo, con una directiva que se aplica desde mayo de 2017. En todos los países de la UE el vapeo está permitido y, mayoritariamente, su uso restringido a las zonas en que se permite fumar", ha recalcado.
Legislación "más permisiva"
En este sentido, ha aludido a diversos estudios científicos publicados en medios especializados que afirman que los cigarrillos electrónicos son un 95% menos dañinos que los convencionales. Otros estudios demuestran que casi un 70% de quienes usaron cigarrillos electrónicos para dejar el tabaco consiguió dejar de fumar. También hay estadísticas afirmando que el 80% de quienes recurren a estos dispositivos lo hace con el objetivo de no fumar tabaco.
De los estados miembros de la Unión Europea, el Reino Unido es uno de los mayores defensores del vapeo como método para dejar el tabaco del mundo e, incluso se plantea hacer la legislación "más permisiva" una vez estén fuera de la UE, tras el brexit. En el caso de Francia hay una política "más restrictiva", aunque el vapeo tiene una "excelente aceptación" y hay posicionamientos de colectivos científicos a su favor, a pesar de las reticencias del Ministerio de la salud galo.
El cigarrillo electrónico en el mundo
También Italia es de los países donde hay mayor número de vapeadores a escala europea. Se rigen por las directivas de la UE en el ámbito de la salud, pero desde finales de 2017 se aplican medidas tributarias "muy duras" que hacen "más caro" vapear que fumar; Portugal ha tomado de ejemplo de Italia a la hora de imponer elevados tributos a los productos para vapear, estando la mayor restricción marcada por los precios.
Países Bajos es uno de los países de la UE con "gran permisividad" ante el vapeo, aunque se aplica la directiva europea; mientras que sus autoridades sanitarias "apuestan claramente" por introducir políticas de reducción de daños en la batalla contra el tabaco, lo que incluye la recomendación de los dispositivos de vapeo --y hace campañas de prevención para evitar el consumo en menores--.
Más puntos de venta
Entre los países vaper friendly se encuentran Islandia, Austria, Suecia y Dinamarca. En estos dos últimos, hasta hace tres años los vapeadores eran considerados como productos médicos para dejar de fumar, lo que dificultaba la compra de los cigarrillos electrónicos, pero al cambiar la normativa, con la directiva de 2017, se ha expandido de "forma notable" el uso de los vapeadores, al proliferar los puntos de venta, donde la única restricción es ser mayor de edad.
Alemania también se rige por la regulación de la UE y el uso de los vapeadores tiene las restricciones que se aplican también a los cigarrillos convencionales. Está "muy extendida" la utilización de estos dispositivos y las autoridades, de momento, "no han propiciado debates ni a favor ni en contra".
Australia, Nueva Zelanda y EEUU
Australia y Nueva Zelanda siguen el ejemplo del Reino Unido y se sitúan entre los países más permisivos con el vapeo. No obstante, en Australia se mantiene una batalla contra las autoridades sanitarias para que se levante la prohibición, impuesta en 2016, del uso de nicotina en los vapeadores.
El caso de Estados Unidos, el organismo ha asegurado que, aunque el debate está "tenso", los medios de comunicación señalan que cada vez son "más claras" las evidencias científicas que circunscriben los problemas al uso de dispositivos adquiridos en el mercado negro y la utilización de sustancias ilegales.