6.000 euros en un día y medio: 36 horas. Esto es lo que ganó Chamo, el rey de los okupas de Barcelona, con la toma de un bloque de viviendas esta semana en el barrio de Horta. El usurpador profesional metió a ocho familias en un bloque de pisos, lideró la negociación con la promotora --que pagó más de 2.000 euros a cada uno de ellos para irse-- y él se llevó la mayor tajada del pastel. Tras ello, se marchó como volvió: en taxi.
Así lo explican fuentes cercanas al caso de la okupación de los números 7-13 de la calle Tajo de Barcelona. El bloque fue tomado por sorpresa el fin de semana. Se trata de una edificación nueva, que está toda comercializada. En dos de los trece pisos ya viven sus legítimos propietarios. En el resto los compradores están en proceso de escriturar la operación. Es en este ínterin que Chamo vio una oportunidad para irrumpir en la finca. Lo hizo el fin de semana y, según cuentan los vecinos, a través de la escalera de otro inmueble vecino. "Entró por el portal, saltó al tejado y de allí al bloque vacío", han relatado vecinos que prefieren no revelar su nombre.
Al frente de la negociación
Tras ello, el Chamo se marchó. El empresario de la okupación dejó que los inquilinos, algunos de ellos con contratos de arrendamiento en otras viviendas de Barcelona, reposaran la toma de las viviendas. No les dio tiempo de esperar las 48 horas iniciales que evitan el desalojo. Los vecinos de Horta se organizaron y se plantaron ante el inmueble. Acudieron también los compradores y varias patrullas de los Mossos d'Esquadra. "Los vecinos querían a los okupas fuera. Sabían que se trataba de una toma organizada, no de una okupación de Afectados por la Hipoteca o similares", ha señalado uno de ellos.
Por su parte, los Mossos d'Esquadra levantaron acta, pero no sacaron a los ocupantes. Lo que es más, fuentes cercanas al caso denuncian que los agentes "dejaron meter algunas maletas y otros bultos en los pisos". ¿Se trataba de familias necesitadas? "No. En ningún caso. La PAH fue utilizada. Era una mafia coordinada que dirigía a las familias para cobrar por marcharse, como así ocurrió", indican voces cercanas a la negociación. Aportan para validar su argumento un audio interno en el que Chamo insta a los nuevos vecinos a atrincherarse en las viviendas, pues "no saben cómo sacarlos y, ante ello, ofrecerán más dinero".
Llega en taxi
El rey de los okupas, según testigos presenciales, llegó a la calle Tajo número 7-13 "en taxi, con ropa cara y bien peinado y con diversas bolsas que indicaban que había estado de shopping". Ocurrió el lunes por la noche y durante la tensa negociación con las personas que habían irrumpido en los pisos. Las conversaciones fueron privadas, pues tanto Mossos como Guardia Urbana, que se personó con posterioridad, no actuaron ante el ilícito penal. "No hicieron nada. Dijeron que un acuerdo entre propiedad y okupas era de tipo privado, que no podían hacer nada", lamentan las mismas voces.
Otros vecinos son igual de críticos. "Hablé con uno de los inquilinos y me dijo que había alquilado el piso a Chamo por 4.000 euros en metálico más 2.000 como garantía adicional. El Chamo le enseñó el piso en Habitaclia y tras ello le metió dentro", explica uno de los residentes. Según la misma fuente, la víctima, de nacionalidad venezolana, "no sabía que estaba okupando un piso, sino que pensaba que estaba firmando un contrato de arrendamiento para una vivienda legal que estaba en el mercado", ha agregado.
El Chamo cobra y se va
No era así. El Chamo, rey de los okupas, liberó el bloque y metió a ocho familias en ellos. Tomaron once pisos en total. ¿Eran vulnerables? "Vinieron dos técnicos de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona y gente de la PAH, que hablaron de iniciar un proceso legal. Pero vieron que no correspondía porque aquello era una mafia. Una forma de extorsionar a la promotora para que pagara", han explicado implicados en la negociación. La treta surtió efecto. La empresa que comercializa los pisos acordó abonar una cantidad a cada familia para que se marchara. Los ocupantes lo hicieron el lunes de madrugada, cuando los vecinos de Horta ya se habían disuelto y no había riesgo de incidentes.
"Pocos enseres sacaron. No habían traído consigo ollas, platos o muebles, pues no pensaban en quedarse a vivir, sino en cobrar", protestan vecinos que participaron en los contactos para desactivar el conflicto. ¿Y el Chamo? "Se marchó tal y como había llegado: en taxi. Se dedica profesionalmente a okupar bloques con la ayuda de otra persona que trabaja para una inmobiliaria. Ganó 6.000 euros en 36 horas. Figúrate el negocio", han apostillado.