¿Moda, tendencia o realidad? El veganismo se instala en España

Hoy en día ser vegetariano, vegano o flexitariano está a la orden del día pero hasta hace pocos años era algo bastante inusual, por no decir anecdótico. Una mayor concienciación por nutrirnos de forma sana, respetuosa y además sostenible con el entorno y el medio ambiente han contribuido de forma relevante a este exponencial crecimiento.

La compra a granel reduce considerablemente los residuos plásticos / YOLANDA CARDO

El estilo de vida veggie seduce, gana adeptos día tras día, ello acarrea una notable transformación en los hábitos de consumo obligando a las empresas a adaptarse a los nuevos gustos del consumidor. Gastronomía, moda, decoración, cosmética… hasta la manera de viajar está inmersa en esta catarsis renovadora.

Somos lo que comemos y cómo compramos

Es indudable que nuestra dieta influye en nuestra salud. Un estudio, hecho público hace unos meses por el IPCC (Grupo de expertos sobre el cambio climático dependiente de la ONU), urge a reducir la ingesta de carne y adoptar una alimentación equilibrada basada principalmente en alimentos de origen vegetal para frenar el cambio climático.

Las grandes cadenas toman nota y cada vez es más habitual encontrar en los lineales de los supermercados género destinado a este grupo de compradores. Las etiquetas bio, eco, veggie, apto para veganos, etc. surten la demanda de un público cada vez más mayoritario. Sin embargo, estas opciones no son siempre las más sanas, basta con leer atentamente el listado de ingredientes de los precocinados veggies para darse cuenta. Los expertos aconsejan un régimen variado elaborado a base de productos naturales y a ser posible de proximidad y de temporada. Resulta igualmente contradictorio ofrecer estas alternativas envasadas en plástico, la gran amenaza de nuestros mares.

Frutas y verduras son fundamentales para una dieta saludable / YOLANDA CARDO

Como respuesta a esta necesidad apremiante de reducir los plásticos, y aunque no sean muy numerosos, cada vez hay más establecimientos en los que comprar a granel, recuperando una beneficiosa práctica habitual no hace mucho en nuestro país. Así mermamos considerablemente el uso de envases y nuestro planeta lo agradecerá.

La revolución se sirve en bandeja

El mundo de la restauración también refleja esta evolución y aprovecha la oportunidad de negocio. No hace mucho comer fuera de casa implicaba pedir una insulsa ensalada. Ahora casi no hay restaurantes que no ofrezcan en su carta platos acordes a todos los gustos, hasta las cadenas de comida rápida se han subido al “tren verde”.

La cuota de establecimientos especializados ha incrementado su presencia y su crecimiento es constante. Según un estudio de la consultora Lantern, en los últimos dos años se ha duplicado el número de restaurantes veggies llegando a los 1.800 en España. Una amplísima oferta orientada a un público (mayoritariamente femenino) en constante crecimiento.

Los restaurantes veganos están en alza / YOLANDA CARDO

Aunque el sector goza actualmente de gran visibilidad el fenómeno no es nuevo en nuestro país. La Asociación Vida Sana, una corporación sin ánimo de lucro, lleva desde 1981 promoviendo y fomentando la agricultura ecológica como base para una dieta saludable y respetuosa. Su manifiesto carácter divulgativo está detrás de múltiples iniciativas. La más conocida es BioCultura, la feria por excelencia de productos ecológicos que se celebra cada año en 6 ciudades españolas siendo las más veteranas Madrid, que ya va por la 35 edición y Barcelona por la 26.

El “verde” es el nuevo negro

Esta imparable rebelión verde no se circunscribe exclusivamente al ámbito gastronómico, ha llegado a todos los sectores. Moda, cosmética, decoración… hasta en la manera de viajar. La sostenibilidad y la preocupación por el bienestar animal pesan cada vez más a la hora de vestirnos y en nuestro ritual de higiene y belleza. Ya no nos conformamos solo con un buen diseño, hoy en día valoramos además los tejidos naturales o reciclados (acorde al residuo cero), una fabricación ética y responsable a lo largo de toda la cadena de producción, y nos preocupamos por la procedencia de las prendas. Todos ellos factores fundamentales para reducir el impacto ambiental que conllevan las compras desorbitadas. El “slow fashion” toma el relevo del “fast fashion”.

Lo mismo pasa en la industria cosmética, un mercado que mueve millones en todo el mundo y cuyo segmento eco-bio se va abriendo paso. Precisamente España está a la cabeza en lo que se refiere a la producción de cosmética ecológica en toda Europa.

Materiales naturales y reciclados ganan protagonismo / YOLANDA CARDO

En lo que respecta a la decoración, cada vez somos más conscientes de que tener un hogar confortable no debe contribuir al calentamiento de la tierra. Las talas indiscriminadas en nuestros bosques o la dudosa naturaleza de cualquier objeto que forme parte de nuestras casas son inquietudes que están muy presentes a la hora de tomar decisiones. Conocer la trazabilidad de todo aquello que compone nuestro entorno, no debería ser una asignatura pendiente. Como tampoco debemos obviar el impacto que tiene nuestra forma de desplazarnos.

El próximo mes de diciembre se celebrará en Madrid la Cumbre del Clima. Una reunión que llega en un momento en el que orquestar políticas que reviertan el cambio climático no es ya una opción si no una emergencia. Como sociedad somos parte del problema y debemos ser parte activa de la solución. Es urgente cambiar nuestra manera de consumir y de relacionarnos con el planeta. Como dice Ángeles Parra, presidenta de la Asociación Vida Sana: “Que el consumo sea el futuro que queremos”.