Tras dar entrada al mes de noviembre, y con la consecuente bajada de las temperaturas, es el momento de empezar a usar los radiadores y los calefactores en los hogares. Pero antes de ello, debemos revisar su estado, así como la acumulación de aire que sobra en los conductos.
Esta carencia hace que el gasto en la factura de la luz sea superior y que se pierda energía renovable. La acumulación de aire en forma de burbujas se produce en las estaciones de primavera y verano, cuando no se usan. Por ello, se deben purgar los radiadores.
Burbujas de aire
Para purgar los radiadores se debe eliminar las burbujas de aire que quedan dentro y que pueden provocar riesgos en los aparatos calefactores a la hora de encenderlos.
No en todos los casos se debe hacer de forma manual, ya que los más modernos lo hacen de forma automática.
Prevención
Para tener el radiador o el calefactor en orden primero se debe comprobar que no se produzcan ruidos parecidos a los gorgoteos. Muchas veces, si no se escuchan, un truco es tocarlo para ver si la parte superior está más fría que la inferior.
Para ello, es una buena idea comprobarlo unos días antes de que se encienda el sistema general de calefacción. El siguiente paso es iniciar el proceso de purgado del calefactor.
Calefacción apagada
Para seguir con el proceso, es imprescindible que la calefacción se encuentra apagada y el radiador esté frío. Entonces, las acumulaciones del aire quedan en la parte superior. En este momento, se debe colocar un recipiente bajo la llave --que se puede girar con un destornillador--, por donde caerá el agua del purgado, junto al aire, posiblemente con un olor fuerte. El proceso deberá ejecutarse hasta que el agua salga de forma uniforme.
Si después de realizar estos pasos, el radiador o calefactor sigue sin solventar su problema y no calienta lo suficiente, el problema será del sistema general y se deberá solucionar mediante los detentores.