El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada pide “una oportunidad” para que el cigarrillo electrónico demuestre que ayuda a dejar de fumar tabaco. En concreto, se dirige al Ministerio de Sanidad con el fin de que deje de “encerrarse en la absoluta negatividad con la que trata este tipo de productos” y sea flexible en este caso.
El instituto sostiene que el cigarrillo electrónico “rompe con la espiral de prejuicios que hay en torno al tabaquismo” al introducir “elementos nuevos” en la forma de uso, en los hábitos que genera y en la percepción instalada entre los fumadores, así como en los ingredientes que utiliza, que deben conducir a una nueva manera de afrontar este problema, entre las que se incluye una drástica reducción del consumo de tabaco o su abandono.
La prohibición no soluciona el problema
En la misma línea, considera que el tabaquismo es un problema “que la prohibición no soluciona”, ya que es “crónico, como todas las adicciones”. De hecho, la Sociedad Española de Epidemiología cifra en más de 56.000 al año los casos de muerte debido al tabaco en España, y Sanidad los sitúa en más de 52.000. Además, el 23% de la población consume tabaco a diario, el gasto sanitario asociado al tabaquismo no baja de los 7.000 millones de euros anuales, y el coste en las empresas derivado del tabaquismo (absentismo, pérdida de productividad) se acerca a los 9.000 millones de euros anuales.
Por ello, hace hincapié en la necesidad de “ampliar el espectro” de evaluación de todo lo que concierne al tabaquismo y “abandonar el reduccionismo negativista con el que actualmente se está abordando el problema”. “La visión oficial es que todo lo relacionado con el tabaco es malo, algo que podía aceptarse hasta hace poco tiempo, pero que está obsoleto actualmente”, subraya el Instituto Coordenadas.
Otras alternativas para dejar de fumar
“Si se admiten las posibilidades de éxito en la lucha contra el tabaquismo de las técnicas de psicoterapia, de productos de la medicina natural, de medicamentos que ya financia el Sistema Nacional de Salud, de terapias de reemplazo de la nicotina en forma de parches, inhaladores, aerosoles, pastillas o gomas de mascar, ha llegado el momento de entrar de lleno en esa nueva forma de abordar el problema y asumir que elementos disruptivos como los cigarrillos electrónicos pueden tener opciones como medio para dejar de fumar”, señala el instituto, que añade que es ”una opción más en el arsenal terapéutico cuya prescripción siempre es subjetiva”.
En la misma línea, sugiere que muchos usuarios del cigarrillo electrónico son antiguos fumadores que han percibido “de forma clara” que su adicción es perjudicial para su salud y la de su entorno y que el vapeo con cigarrillos electrónicos “puede ser una forma de atemperar o eliminar su tabaquismo”. Así, unido este factor psicológico a la opción que da el cigarrillo electrónico de reducir el consumo de nicotina, “resulta más que evidente que puede convertirse en una herramienta que abre un camino a la reducción del tabaquismo”.
Sin evidencias científicas
Para terminar, declara que “no se entiende muy bien la cerrazón” de las autoridades sanitarias que etiquetan el cigarrillo electrónico como “'relacionado con el tabaco' (ni más ni menos que otros muchos abordajes de toxicomanías) y por lo tanto pernicioso por principio”. “Estamos en un terreno nuevo que hay que explorar en toda su amplitud, abiertos a todas sus posibilidades”, insiste.
Asume, no obstante, que “todavía no hay suficientes evidencias científicas” que posicionen al cigarrillo electrónico como método eficaz para dejar de fumar: “Por pocos que sean los casos de éxito, si se logra eliminar alguno de esos miles de casos de muerte por tabaquismo, la opción merecerá la pena”, concluye el Instituto Coordenadas.