También en periodo electoral. Tras dos años de barajarlo, con serios estudios de factibilidad en Barcelona y San Sebastián, el Ministerio de Sanidad costea desde el 1 de noviembre el eficaz y polémico fármaco preventivo del sida que permite mantener relaciones sexuales plenas sin protección y sin miedo a contraer el virus del sida (VIH).
Bastará con tomar una pastilla diaria del antirretroviral llamado Truvada, también conocido como Píldora del día antes del VIH, para esquivar un virus todavía sin freno. El Plan Nacional sobre el Sida cifra en casi 4.000 las infecciones anuales desde hace una década. Calcula que hay unas 140.000 personas con VIH y que un tercio de ellas lo desconoce.
Unos 17.000 candidatos
Sanidad estima en torno a 17.000 los beneficiarios de esta nueva indicación en la cartera de servicio del Sistema Nacional de Salud (SNS). Será dispensada por la farmacia hospitalaria o centros de asistencia autorizados con coste cero para el paciente. El precio de mercado del tratamiento, todavía no publicado oficialmente, se sitúa en torno a 40 euros mensuales.
Los candidatos son personas que no están infectadas (aunque podrían estarlo) pero con alto riesgo de contagio. Junto a consumidores de drogas pinchadas, figuran hombres que tienen sexo con otros hombres, transexuales VIH-negativas mayores de 18 años con más de 10 parejas sexuales en el último año, y los practicantes del sexo anal sin protección en los últimos 12 meses.
También se incluyen los receptores de profilaxis posexposición en varias ocasiones y quienes cuentan con al menos una enfermedad de trasmisión sexual (ITS) bacteriana.
Efectividad casi total
Desde el punto de vista científico no hay objeciones a esta profilaxis de preexposición (PrEP, por sus siglas en inglés). De ella se benefician en torno a medio millón de personas en todo el mundo, según datos de la OMS. Unas 12.000 de ellas la utilizan en la vecina Francia, donde hay cobertura total con fondos públicos desde 2016.
El organismo sanitario internacional y diversos expertos atestiguan que el fármaco, una combinación de los antirretrovirales tenofovir y emtricitabina, evita la aparición de nuevas infecciones de VIH que, a su vez, podrían infectar a otros. Su efectividad, dicen, se acerca al 100%.
Efectos secundarios bajos
También aseguran los investigadores que los efectos secundarios del fármaco son bajos y controlables. “La mayor parte de los receptores --explican-- son gente joven y sana. El efecto más común son las náuseas. En algunos casos puede afectar a las funciones renales, pero el daño es reversible interrumpiendo el tratamiento".
Santiago Moreno, jefe de servicio de enfermedades infecciosas del madrileño hospital Ramón y Cajal, defiende la financiación como medida "beneficiosa sin paliativos". "Es un fármaco --sostiene-- que más allá de los ensayos clínicos, ha demostrado en la vida real que reduce los contagios donde se ha extendido su uso, como Francia y Reino Unido".
La PrEP se aconseja siempre junto a otros métodos de prevención como los preservativos. Pero en la práctica, como se ha detectado en San Francisco y otras ciudades de Estados Unidos, quienes recurren a este medicamento lo hacen para mantener relaciones sexuales desprotegidas y sin freno.
“El abandono del condón conlleva más riesgo de favorecer otras infecciones de transmisión sexual como la sífilis o la gonorrea que ya están disparadas en España”, advierte Carlos Núñez, médico de familia madrileño.
Controversia ético-económica
La polémica se ha centrado en el aspecto económico en varios países hispanoamericanos. En Argentina se planteó si debía financiarse con dinero público cuando hay niños que no tienen acceso a un vaso de leche para desayunar.
En España, se ha discutido si es serio que tenga cobertura pública y más cara que una caja de preservativos, que todavía no gozan de ella a pesar de reiteradas promesas de las autoridades políticas y sanitarias.
Comité de ética a favor
Durante los últimos años algunos afectados han adquirido el tratamiento en el extranjero o en el mercado negro. En los madrileños barrios de Malasaña y Chueca cada pastilla costaba más de 20 euros.
El asunto llegó hasta el estatal Comité de Bioética de España. Se sometió a discusión si era ético que la Sanidad pública financiara un costoso medicamento para que personas sanas puedan tener relaciones sexuales sin protección. El fallo final fue afirmativo: “Existían en la balanza más argumentos a favor de su financiación pública que en contra”, aseguró un portavoz.
El Gobierno de Sánchez revalidó así su disposición a costearlo y las comunidades autónomas dieron su visto bueno en la penúltima reunión del SNS.