España contamina por tráfico aéreo más de lo que le 'toca'
Las emisiones de dióxido de carbono de vuelos que despegan del país representan el 2,5% del total, pero la región es decimocuarta en número de operaciones
29 octubre, 2019 00:00España contamina más de lo que le toca por tráfico aéreo. En concreto, los aviones que salieron de los aeropuertos nacionales en 2018 liberaron 18,52 millones de toneladas métricas (MTM) de dióxido de carbono, equivalente al 2,48% mundial, en datos del International Council on Clean Transportation. Nada sorprendente en un país líder en turismo.
Sin embargo, los vuelos con origen en suelo español representaron el mismo año alrededor del 1,7% del total, según el Banco Mundial. La lista, en ambos casos, la lideran las potencias EEUU y China, dos de las regiones más extensas y pobladas del planeta. Por su parte, Canadá e Indonesia, por ejemplo, son dos de los países que más operan, y en cambio no se encuentran entre los más contaminantes.
Más contaminación que hace cinco años
La imagen global del sector de aviación comercial –pasajeros y carga– muestra un panorama en el que las emisiones de CO2 ascendieron a 918 MTM en 2018, lo que en la práctica supone un aumento del 32% desde el 2013. En el mismo periodo, las operaciones han crecido un 20%.
EEUU se llevó la palma en 2018, con el 24,36% de dióxido de carbono liberado –una cuarta parte del total– y más del 25% de operaciones. Segunda fue la Unión Europea, con el 18,98% de las emisiones y, dentro de esta, destacaron Reino Unido (4% del CO2 mundial), Alemania (2,97%) y España, antes mencionada. El podio lo completó China, con el 12,71% de la contaminación y un 8% de operaciones.
La edad de las flotas y la frecuencia de viaje
Por delante de España, y en términos de polución, también aparecen Japón (4%), Emiratos Árabes (2,83%), India (2,59%), Francia (2,56%), y Australia (2,54%). La edad de las flotas influye en el consumo de combustible y en la contaminación (dos ejemplos: la rusa Aeroflot tiene los aviones más nuevos, con una media de 4,8 años, y no, Rusia no aparece en el ranking inferior, mientras que las naves de la española Vueling tienen 22,7 años de media), y también la frecuencia de viaje: los ciudadanos que más aviones toman, más impacto ambiental generan. Lógico.
En el caso de EEUU, el 12% de quienes realizan más de seis desplazamientos de ida y vuelta al año son responsables del 67% de las emisiones. Cada uno de estos viajeros emite más de tres toneladas de CO2. De todos modos, se aprecia en estos datos que los países desde donde parten más vuelos son los más grandes, los más turísticos, islas que además incluyen las dos características anteriores, y regiones intermedias donde muchos aviones hacen escala.
Vuelos nacionales e internacionales
Más números para la estadística. En 2018 hubo 38 millones de vuelos de pasajeros; dos tercios fueron trayectos nacionales y el 33% restante, viajes internacionales. En este punto es interesante comprobar la variación entre regiones. Por ejemplo, siete de cada diez (69%) aviones en EEUU despegan y aterrizan dentro de sus fronteras; en China, ese porcentaje asciende al 65%. En cambio, en España el 87,5% corresponde a operaciones con destino internacional, mientras en el conjunto de la UE ese dato es del 53%.
Por todo ello, y ante la amenaza que supone el cambio climático, empiezan a surgir movimientos como flygskam, con los que se pretende, especialmente, concienciar de la necesidad o no de tomar un vuelo para un trayecto corto, que puede realizarse por otro medio de transporte.