Los laberintos ofrecen una experiencia única y divertida con la que disfrutar de un día en familia. Pese a que inicialmente es un tipo de actividad que se relaciona con la edad infantil, la realidad es que en Cataluña encontramos diferentes opciones pensadas para el disfrute de todo tipo de personas, sin importar los años que tengan encima.
Es el caso de los laberintos naturales situados alrededor de los diferentes parques que se concentran en la región catalana y que convierten una jornada cualquiera en un día repleto de diversión y buen ambiente.
Laberinto de Horta
El laberinto de Horta es, con total seguridad, el más conocido de España. Situado en Barcelona, en el mismo distrito que lleva su nombre, es uno de los planes más comunes para disfrutar de un día repleto de naturaleza y diversión sin salir del centro de la ciudad. Además, también tiene la suerte de ser uno de los más económicos, con un precio de 2 euros y una gran cantidad de días al año en los que el acceso es completamente gratuito.
Todo el laberinto está formado por cipreses de gran tamaño, que se distribuyen a lo largo de una superficie de hasta 750 metros cuadrados. Los cipreses cuentan con la suficiente altura para que nadie pueda adivinar el recorrido correcto con únicamente asomar la cabeza. Además, cuenta con tantos caminos y trampas que hacen que completarlo sea una misión, según nuestra inspiración, poco menos que imposible. Otro de sus principales atractivos son los alrededores con los que cuenta: cascadas, fuentes, la cabaña del ermitaño y un sinfín de decorados que hacen de esta visita en un must para todos los habitantes y visitantes de la ciudad.
Laberinto del Maíz
Nos tenemos que desplazar hasta Lleida para recorrer otro de los laberintos más importantes de la región de Cataluña. Se trata del conocido como laberinto del Maíz y se encuentra en la localidad de Castellserà. Como su propio nombre indica, todo el laberinto está construido a partir de plantaciones de maíz de gran altura que convierten sus enormes pasillos en murallas imposibles de superar. Se puede visitar tanto de día como de noche y su precio es de 3 euros.
Su extensión alcanza las tres hectáreas y sus pasillos tienen una longitud total de dos kilómetros. Además, y especialmente pensando en los más pequeños, a lo largo de los diferentes pasillos que podamos ir recorriendo existen diferentes juegos de pistas que hacen que completarlo sea todavía más divertido. Es importante tener en cuenta que el laberinto únicamente está abierto en la época en la que el maíz está creciendo. Cuando se recoge (a finales de septiembre) es cuando cierra sus puertas durante unos meses, hasta que éste vuelva a florecer.
Laberinto mágico de Garrell
"Todo lo que pase dentro de esta zona es responsabilidad única y exclusiva del visitante". Esta es la bienvenida de uno de los parques más característicos que podemos encontrar en la Cataluña, el parque de Garrell. Se encuentra situado en la provincia de Girona y, pese a que no es un laberinto de la misma naturaleza que hemos explicado en los anteriores casos, su visita merece la pena por la decoración con la que cuenta en su interior. La obra, iniciada hace más de 35 años, es de Josep Pujiula, más conocido en la zona como "El hombre de las cabañas".
El propio artista ha reconocido en más de una ocasión que nada de lo que existe actualmente en el interior de este parque ha sido planificado con antelación. Su propia inspiración y sentido del espacio es lo que ha ido definiendo cada etapa de construcción, provocando que, efectivamente, actualmente su interior pareza más un laberinto que un parque natural. Destaca la gran cantidad de cabañas que emergen en cualquier rincón, así como las murallas o las inscripciones que se pueden leer a lo largo de todas las construcciones allí presentes. Por último, conviene destacar que todo lo que se encuentra en el interior del recinto se ha realizado con las propias manos del artista, sin herramientas ni ayuda externa.