Con el turismo vacacional convertido en uno de los grandes desafíos a los que los organismos públicos de todas las ciudades de nuestro país se tienen que enfrentar de manera diaria, aparecen nuevas aplicaciones que han encontrado el equilibrio entre la ética y el alquiler vacacional. Apostando por soluciones respetuosas hacia los tres agentes que participan en el proceso: la zona en la que se alquila el inmueble, la persona que lo pone en alquiler y el cliente potencial.
FairBNB actúa como una cooperativa que se basa en una sola idea: que el cliente sea el que se adapte al destino, no a la inversa. De esta manera, quedan fuera de lugar los viajes que pretenden celebrar una despedida de solteros, un cumpleaños o cualquier otro motivo que pueda no encajar con la comunidad de la que va a formar parte durante, al menos, unos días.
Una alternativa al alojamiento tradicional
Todos los huéspedes que se decidan por esta forma de alojarse están contribuyendo al desarrollo de la zona que va a ser suya durante un tiempo limitado. La mitad del beneficio que se lleva Fairbnb se destina a proyectos sociales de la zona. Ya sea la construcción de un centro cultural como el apoyo al comercio local. Cualquier proyecto puede ser bueno para promover el barrio en el que se encuentra.
Del mismo modo, la propia aplicación también ha creado un espacio de discusión en el que los vecinos pueden expresar su opinión acerca de todo tipo de decisiones y políticas que la aplicación pueda estar llevado a cabo y que pueda tener algún impacto negativo en sus vidas.
En cinco ciudades españolas
FairBNB comenzará a operar en las próximas semanas en el territorio español. En un primer momento, en cinco ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla. Sin embargo, la propia empresa ha anunciado que está previsto cubrir todo el territorio español en un medio plazo.
Recientemente ha cerrado la ronda de financiación que tenía abierta por medio de una plataforma de crowdfunding, en la que ha recaudado un total de 7.738€ de los 4.000€ que tenían como mínimo para poder salir adelante.