Pese a que Barcelona es conocida por el bullicio que ofrece tanto a sus visitantes como al resto de habitantes de la ciudad, la realidad es que también es posible encontrar diferentes rincones repletos de naturaleza, paz y tranquilidad, donde desconectar de todo.
Es el caso de los jardines, una de las señas de identidad de la capital catalana. A continuación, una selección de algunos de los mejores:
Jardines Joan Maragall y Palauet Albéniz
En las inmediaciones de las instalaciones olímpicas construidas para los Juegos del 92 se encuentran los jardines Joan Maragall y Palauet Albéniz, uno de los más famosos de la ciudad. Comandados por la presencia del palacio que centra toda la atención, estos jardines se han convertido en parte imprescindible del barrio de Montjuïc.
Además, este espacio abre sus puertas todos los fines de semana y los días festivos, para que sus visitantes puedan disfrutar de una construcción de tal magnitud. Sin embargo, el edificio que los preside únicamente abre sus puertas en días muy señalados.
Jardines de la Universitat
El edificio de la Universitat de Barcelona acoge uno de los jardines más buscados --y escondidos-- de la ciudad de Barcelona. Ubicados en el propio claustro de este lugar, los jardines actúan como un oasis en el centro de la capital que únicamente los mayores expertos de la ciudad, que los conocen.
Pese a que su extensión no es muy grande, nos encontramos ante un espacio verda que acoger hasta un total de 80 especies diferentes de plantas. Además de contar con dos especies de ranas y de peces. Una oportunidad única para desconectar de la rutina sin salir del centro de la capital catalana en un enclave privilegiado.
Jardines de la Tamarita
Si hay que destacar un jardín por encima del resto es, sin duda, el de la Tamarita. Actúa como el pulmón del barrio de Sant Gervasi, es habitual ver a diferentes vecinos paseando en su interior, disfrutando del ambiente natural en el que los envuelve.
Fueron construidos por la burguesía en el Siglo XIX y uno de sus principales reclamos es el árbol que centra todas las miradas, de hasta 23 metros de altura.