España es un país inmensamente rico, tan pero tan rico que la televisión pública podrá gastarse hasta cuarenta mil euros del ala en un decorado para el próximo debate electoral. Así lo explica un despacho de la agencia de noticias Efe que destaca Público: "La dirección de compras de RTVE ha licitado el contrato de los trabajos de construcción para la implantación de un decorado para las elecciones generales de noviembre de 2019, en previsión de que se produzca una nueva convocatoria electoral. La Plataforma de Contratación del Sector Público publica el pliego de condiciones del contrato, licitado por el procedimiento abierto simplificado con un presupuesto base de 40.000 euros y cuyo plazo de presentación de candidaturas expira a las 10.00 horas del 23 de septiembre"
De modo que si no hay contraórdenes, alguien trincará una pasta por decorar el plató de la tele pública para que los candidatos a la presidencia del Gobierno dispongan de un fondo que realce sus virtudes, acentúe los perfiles buenos y traslade a los espectadores una imagen de modernidad a despecho de que en el plano previo se cuelen las señoras de la limpieza con sus batas y mochos. Ya sucedió.
La hipótesis de una repetición electoral es causa de un cierto escándalo opinático. Las plumas más lucidas y algunas de las más lúcidas también han comentado con desgana la pereza que les sugiere una nueva campaña con los mismos personajes, argumentos y trucos. Entienden que la obligación de los políticos sería arbitrar la fórmula para consensuar un Gobierno que durara los cuatro años preceptivos entre elecciones, un Ejecutivo que funcionara con normalidad bajo el control de un Congreso igualmente normal en una democracia normalizada.
Va a ser que no. Va a ser que se va a repetir lo acontecido el pasado abril y va a ser que se van a destinar 40.000 euros (cuarenta mil) provenientes de los fondos públicos en poner un fondo sobre los rostros y cuerpos galanes de Sánchez, Iglesias, Casado, Rivera y Abascal. Y ello con un par y un palitroque, tres millones de parados y unas perspectivas económicas entre críticas y apocalípticas.
Todos los partidos tienen ya a punto los dispositivos electorales, aunque el ABC clame en los quioscos que "ocho de cada diez votantes del PSOE y Podemos no quieren elecciones" o La Razón alerte del "vértigo electoral en la derecha" porque Casado no quiere arriesgar su ventaja sobre Ciudadanos y en Ciudadanos consideren que ahora mismo "no hay nada que ganar", apunta el diario de Planeta, en unas elecciones.
El líder de los naranjas, Albert Rivera, habla de eso y más en la entrevista que le practican Jorge Bustos y Juanma Lamet en El Mundo y de la que extractamos unas cuantas preguntas con sus correspondientes respuestas:
-"¿Ciudadanos iría a esas elecciones con el mismo mensaje de «no» radical a Sánchez, pese al coste interno que ha tenido?
-Yo más que coste he visto un gran beneficio, que es pasar de 32 escaños a 57. Oponerte al plan Sánchez y a su banda es lo que quieren nuestros votantes. 4,3 millones de votantes de Cs ya han visto lo que puede hacer Sánchez: entregar Navarra al nacionalismo, pactar con Torra la Diputación de Barcelona, pactar con los nacionalistas en Comunidad Valenciana o en Baleares... El modelo de Sánchez es antagónico a Ciudadanos. Nacimos para combatir al nacionalismo, no para pactar con ellos. Los que sí que vimos nacer este partido sabemos que nacimos para tener un plan constitucionalista y liberal frente al plan de la nación de naciones que lidera Sánchez.
-Acaba de decir que Cs nació para combatir el nacionalismo. Entonces, ¿por qué ahora no es su prioridad evitar que los independentistas condicionen un Gobierno del PSOE?
-Es que para frenar al independentismo hay que frenar el plan Sánchez. A Sánchez no se le modera, se le vigila y se le controla. Sánchez no va a dejar de ser Sánchez: negociará indultos y un relator con Torra. Cuando uno quiere combatir algo, no le da gasolina, lo controla. Quiero que los españoles, cuando acabe este Gobierno Frankenstein, tengan una alternativa sensata. Si la alternativa sólo es la Gürtel, la Púnica o los ultraconservadores, Sánchez gana. Darle más gasolina al plan Sánchez, que es sectario, sería un error.
-En el Gobierno de la Comunidad de Madrid han surgido los primeros roces por la comisión de investigación, apoyada por Cs, del crédito de Avalmadrid a la familia de Isabel Díaz Ayuso. ¿Ciudadanos no quiere ir hasta el final en ese cogobierno? ¿Pueden acabar pagando los ciudadanos la brecha de Cs y PP?
-Si el PP se piensa que gobernar en coalición con Cs es taparle su basura, se equivoca. Gobernar Madrid es limpiarla de corrupción, caiga quien caiga, se llame como se llame y sea del partido que sea. ¿O alguien pensó que los votantes de Cs votaron para tapar la corrupción en Madrid? El incremento brutal de Cs en las urnas tiene que ver con decir «ya basta». Cada vez que hay un caso de corrupción del PP, la culpa es de los demás: de Cs porque lo quiere investigar, o de quien lo ha denunciado. Oiga, a lo mejor la culpa es de los que, presuntamente, han robado... Madrid, caiga quien caiga, se va a limpiar de corrupción. Vamos a poner un cortafuegos sobre las instituciones. ¿Alguien piensa que Ignacio Aguado, que tiene la consejería de Transparencia, va a votar en contra de que se investigue la corrupción? Todos los grupos votaron a favor de la comisión, menos el PP".
De entrevista tira también El País. En su caso con el expresidente del Gobierno Felipe González, que habla por extenso de todo lo divino y lo humano hasta el punto de que no se le formulan preguntas sino que se recogen sus razones en bruto. Firma la transcripción la directora del medio Soledad Gallego Díaz.
En el caso catalán, el oráculo se extiende y dice: "Una parte de ese deterioro se debe a algo que ya he comentado y que me preocupa mucho. La falta de respeto, también en España, por las normas. Ese es un elemento fundamental de la crisis en Cataluña. Hay una parte de la representación política catalana, me da igual si es el 47% o el 52%, porque ese no es elemento nuclear, que cree que se puede saltar las normas. Por eso digo que da igual que sean el 47% o tengan la mitad más uno. ¿Qué pasa? ¿Que en ese caso pueden ignorar las reglas? No. Y si se hace en nombre de la democracia es todavía peor. La democracia está por encima de las reglas de juego, dicen. No. Las reglas de juego que hemos aceptado entre todos se pueden cambiar, por supuesto, pero por los procedimientos previstos para el cambio. ¿En qué ha contaminado este discurso la realidad de España? En que hay fuerzas políticas, como Podemos, que compran ese producto. Esa es una de las enormes dificultades, en mi opinión, para que haya una relación de confianza. Hay incluso algunos analistas, se supone que muy enterados, que dicen que es perfectamente posible pactar un referéndum específicamente catalán para decidir el futuro de Cataluña. En el marco constitucional no lo hay. ¿Es posible hacerlo cambiando la Constitución? Sí, pero ya advierto que yo me opondré a que se haga ese cambio. Porque no introduciría nunca en una reforma constitucional un elemento autodestructivo de lo que compartimos todos los españoles. Yo, personalmente, me opondría y llamaría a la gente a que se opusiera. ¿Por qué? Porque nos hace desaparecer como Estado, y detrás del Estado hay una realidad, un espacio público compartido que se llama España. ¿Desde cuándo está compartido? Desde cuando quieran. Desde luego, sí desde la formación del Estado moderno. Y mucho antes de la formación del Estado moderno, desde hace cinco siglos".
El actual presidente de la Generalitat aparece todo ufano en El Punt Avui entrevistado por Xevi Xirgo. No descarta Quim Torra ser presidenciable y tampoco descarta no ir al juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por desobediencia. Dice el president en el interior: "Qui te el problema és el TSJC i nosaltres hem de saber si respecta la separació de poders. Per mi, això són temes menors. La meva resposta sobre si aniré o no al judici cal entendre-la des del marc en què ens movem. Hi ha quatre grans principis: democràcia, republicanisme, drets humans, civils i polítics i desobediència i no violencia. És prenent como base aquest corpus amb què encetem una nova etapa que jo prendré la decisió".
Y dice también: "No anar-hi seria posar de manifest que ens hem de plantar. Quan parlem de confrontació democràtica, de què estem parlant? Doncs que ens plantem davant d'un Estat autoritari i repressiu que utilitza tots el poders per tirar endavant la seva idea. Per això hi estem enfrontats democràticament i de manera no violenta, amb les úniques armes de la desobediència civil".
De todo ello se infiere que Torra no irá al TSJC el 25 de septiembre, fecha fijada para la vista por haberse negado a descolgar la pancarta de los presos en periodo electoral. En cuanto a la sentencia del Supremo, Torra es partidario de hacer "flashback", como en Amanece que no es poco y volver al 3 de octubre del 17 para mostrar el malestar.
Más política. Manuel Valls está a las puertas del altar (una frase hecha para decir que se casa), lo que no es óbice para que según Jorge Sáinz en Voz Populi prepare un partido de índole nacional: "El runrún de su plan corre como la pólvora por toda Barcelona. Según ha sabido Vozpópuli, Valls está en permanente contacto con Francesc de Carreras, uno de los fundadores de Ciudadanos que abandonó el partido naranja por la estrategia que de Albert Rivera. Otra de las personas con las que Valls ha contactado es Gorka Maneiro. El ex diputado en el Parlamento vasco de UPyD ya impulsó una plataforma con la idea de crear un partido de centro izquierda que se desmarque claramente de los pactos del PSOE con partidos nacionalistas e independentistas como en el País Vasco, Navarra y Cataluña. El proyecto de Maneiro no cuajó y descartó concurrir a los procesos electorales de abril y mayo".
Funeral por Blanca Fernández Ochoa. Mercedes Milá y José María García se suman a los "elogios" y "aportan" que la exdeportista estaba arruinada.
8 de septiembre, santoral: Natividad de Nuestra Señora y Nuestra Señora de Nuria.