El Románico fue un movimiento artístico desarrollado en Europa y comprendido entre los siglos X y XIII. En la península ibérica coincidió con la reconquista de Al-Ándalus, por lo que la presencia de este estilo se vio reducida a la parte norte, ocupada por el reino cristiano. Cataluña fue una de las áreas con notable presencia románica.
Parte de esta diversidad artística se encuentra en el Valle del Bohí, uno de los enclaves más importantes del románico catalán, también conocido como Valle del Noguera del Tor. Esta comarca está constituida por una serie de valles y sierras, localizados en la parte norte de la Alta Ribagorza (Lleida), donde destacan los numerosos monumentos de carácter lombardo.
Una travesía por el ‘medievo’
El lombardo es una variante del arte románico, cuyo origen se ubica en la parte norte de Italia. La cercanía con Cataluña, fue uno de los principales factores para su expansión por todo el territorio.
A pesar de esta influencia, el románico catalán estaba caracterizado por la sobriedad y la integración en el paisaje. La iglesia de San Clemente de Taüll, declarada Patrimonio de la Humanidad, destaca entre más de dos mil construcciones (monasterios, iglesias y edificios civiles).
El Pantocrátor
Esta obra arquitectónica escondía en su interior uno de los tesoros más preciados del románico, El Pantocrátor. La representación mural del ‘padre del cristianismo’, se conserva actualmente en el Museo de Arte Nacional de Catalunya (MNAC), junto a otras obras del estilo medieval, como el Cristo Batlló.
La torre de la iglesia destaca por su desmesurada altura, rompiendo así el equilibrio simétrico con el resto de la iglesia (elemento característico del lombardo).
Riqueza geográfica
A parte de su vital importancia en la historia del arte, el Valle del Bohí posee una gran variedad hidrográfica. El río principal que atraviesa la zona es el Noguera del Tor, que además cuenta con los afluentes; San Nicolán, San Martín y Durro, en su parte izquierda.
La gran cantidad de lagos de origen glacial es otra de las principales características del valle. En lo que ha sierra respecta, hay picos que alcanzan los 3.000 metros de altura, como es el caso del Subanuix.