Con el otoño llamando a la puerta (con el permiso de los anticiclones que aún están por venir), es el momento de exprimir al máximo los días del verano que restan. La Costa Dorada de Tarragona en sus 92 kilómetros de extensión se presenta como la candidata ideal para cumplir con este objetivo.
A pesar del reinado indiscutible de la Costa Brava como destino mediterráneo por excelencia, el litoral tarraconense también tiene mucho que ofrecer a aquellos que decidan acercarse hasta él. Arenales, calas de roca caliza, aguas cristalinas y poco profundas son las mejores cartas de presentación de las mejores calas de la Costa Dorada.
Cala Forn
Esta cala del término municipal de L´Atmella de Mar es una de las más espectaculares de la Costa Dorada de Tarragona. La conforman distintas calas que se unen para dar forma a una playa de aguas cristalinas y limpias que recuerdan a las de cualquier postal idílica del mar.
Esas calas que se suman en Cala Forn son la Cala de Sant Jordi y la Cala Vidre. En todas ellas existe un puesto de vigilancia de la Cruz Roja y el Ayuntamiento de L´Atmella de Mar se encarga de la limpieza diaria de la playa y de las duchas disponibles para los usuarios. En ellas ondea la bandera azul.
Cala Fonda
La Cala Fonda, también conocida como Cala Waikiki, es una de las playas más exóticas de todo el litoral español. Situada en Tarragona capital (a escasos kilómetros de la ciudad), conserva la esencia más pura del Mediterráneo y se presenta como un lugar virgen ante aquellos que la visitan.
Esa pureza hace que no existan en ella ni duchas, ni chiringuitos, ni cualquier otro tipo de servicio complementario como se pueden encontrar en otras calas o playas más concurridas. Debido a esto, en la Cala Fonda se practica el nudismo, aunque no es excluyente para el resto de bañistas.