En diferentes rincones del planeta hay una serie de recorridos ferroviarios que permiten hacer turismo en diferentes zonas con unas vistas especiales y con el confort de viajar en un vagón de tren. Algunos de estos trazados han ganado mucha notoriedad e incluso hay famosas variantes de lujo con las máximas comodidades.

Y entre los trenes turísticos que se pueden encontrar en el mundo, hay algunas rutas y ferrocarriles míticos que casi son de visita obligada (siempre que nuestros bolsillos nos lo permitan).

De Pekín a Lhasa

Conocido como el Tren de las nubes o el Transtibetano, es la vía de ferrocarril más alta del mundo y conecta la capital de China, Pekín, con la del Tíbet, Lhasa. Una de las formas más especiales de recorrer la distancia de 4.000 kilómetros. Para ello, hay desde trenes convencionales hasta uno de lujo como es el Shangri-La Express, que es como un hotel y tarda más tiempo para hacer paradas más largas.

Esta vía que transcurre en buena parte del recorrido a más de 4.000 metros de altura permite ver diferentes ciudades chinas. Una oportunidad para ver lugares destacados como el Pico Yuzhu, el Lago Qarhan o el paso de Tanggula.

Transiberiano

Entre las rutas ferroviarias turísticas más conocidas del mundo se encuentra la del transiberiano. Un vasto recorrido de más de 9.000 kilómetros que recorre Rusia desde Moscú hasta Vladivostok. E incluso hay ramales que permiten llegar a Mongolia, a China y a Corea del Norte.

Un tren que permite conocer diferentes partes de Rusia y diversas culturas, ver los paisajes siberianos, el lago Baikal... Y tampoco faltan los trenes privados de lujo para viajar con todas las comodidades durante más días como The Golden Eagle o The Tsar’s Gold.

Flamsbana en Noruega

Flam es un pequeño pueblo que se encuentra al final del fiordo noruego Aurlandsfjord, un punto de parada de muchos cruceros y destino de visitantes. Y hay un trayecto de tren que lleva a este pueblo, que no llega a los 20 kilómetros, que toma una hora por lo vertical de algunos tramos y que está considerado como unos de los viajes más bonitos.

El Flamsbana, es el nombre que recibe este tren que conecta la estación de montaña de Myrdal, a 867 metros sobre el nivel del mar, con este pueblo a pie del fiordo. Un recorrido rodeado de montañas, ríos, parajes verdes y cascadas.

Transcantábrico

En España también hay trenes turísticos y uno de los más famosos es el Transcantábrico, el cual es operado por Renfe y ofrece un recorrido por el norte de España. El trayecto original iba de León a Ferrol, aunque a día de hoy hay una variante de lujo que ofrece más comodidades como las de un hotel y transita desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela.

No obstante, además de este, Renfe también cuenta con otros reconocidos trenes turísticos en España como el Al Andalus, que permite recorridos tanto por Andalucía como por Extremadura.

California Zephyr: De Chicago a San Francisco

El Zephyr fue un clásico de Estados Unidos en los años 50 y 60. Un tren que conectaba el este con el oeste. Chicago con San Francisco. A día de hoy, esta ruta sigue vigente en un trayecto de más de 50 horas y 3.900 kilómetros. Un viaje que recorre todo tipo de parajes de Norteamérica desde llanuras hasta montañas.

Así, a su paso atraviesa zonas tan emblemáticas como las Montañas Rocosas, Sierra Nevada, el río Truckee o el río Colorado entre otros muchos paisajes destacados. Un completo recorrido de costa a costa.

Australia en todas las direcciones

Un país tan vasto de tamaño como es Australia se puede recorrer a través de diferentes trenes que van de punto a punto del país. El Indian Pacific va de Sídney a Perth, de este a oeste, del océano Índico al Pacífico o viceversa. Todo ello pasando por las exuberantes Montañas Azules o la llanura de Nullarbor.

Para ir de norte a sur, The Ghan conecta las ciudades de Darwin y Adelaide en un tren de lujo que en 2019 ha cumplido 90 años de historia. Un recorrido de unos 3.000 kilómetros que se realiza en 50 horas. Y para conocer la variedad del sur, el Overland conecta la aussie Adelaide con la más cosmopolita Melbourne.