Sería muy difícil entender la cultura catalana sin la figura de los castells. Los castells son una torre de varios pisos de altura formada por personas (castellers), cuyo origen se remonta hasta el siglo XVIII. Los primeros comenzaron a formarse en Camp de Tarragona, para ir extendiéndose más tarde a lo largo de toda la provincia, llegando a convertirse en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Esta práctica, realizada desde hace más de 200 años, consigue atraer a una gran cantidad de espectadores que presencian estas construcciones humanas. Los castells se ensayan por partes, siendo el inicio el montaje de la pinya, y siguiendo por el tronc, pom de dalt y canalla. A los ensayos no suelen asistir la totalidad de castellers que forman la figura, para que sea más espectacular la puesta en escena. He aquí algunos lugares de Cataluña, donde poder presenciar las jornadas castelleras en primera persona.
Fiestas de San Félix
Es considerada una de las más importantes, ya que las cuatro mejores collas de la temporada, se reúnen en estas emblemáticas fiestas de Vilafranca del Penedés, para ofrecer uno de los castells más espectaculares e impactantes. La fiesta se celebra en la plaza de la Vila, el día 30 de agosto, donde gran cantidad de gente comienza a bailar y botar al ritmo de la música castellera.
El 1 de noviembre es otra de las fechas señaladas de la localidad, para darse cita con esta celebración cultural típica de Cataluña. Y es que Vilafranca vuelve a acoger otra de las jornadas más destacadas de la temporada, siendo en este caso la colla anfitriona, la principal protagonista de la fiesta.
Fiestas de la Mercé
La madre de todas las fiestas de Barcelona también se reserva un espacio dedicado a los castells. Esta construcción se celebra el 24 de Septiembre y corre a cargo de la colla de los ‘Castellers de Barcelona’ que suelen ir acompañados por dos agrupaciones invitadas.
La plaza de Sant Jaume se abarrota para presenciar una de las citas más esperadas dentro de la jornada. Algunas de las construcciones realizadas en la céntrica plaza de la Ciudad Condal, son de extremada dificultad, por que el éxito en la realización no está del todo asegurado.