“Una vez confirmada la operación y realizado el pago total, un agente inmobiliario estará a su disposición para mostrarle el apartamento y concluir el contrato. En ese momento, se efectuará la entrega de llaves”. Este es el inicio de un tercer correo electrónico que intercambia la supuesta propietaria de un piso con un cliente interesado. En teoría, el inmueble, de 100 metros cuadros, con dos habitaciones y dos baños, se sitúa en el barrio Gòtic de Barcelona, y el precio mensual del arrendamiento es de 785 euros.
¿Ganga? No, estafa. Un falso chollo tras el que se encuentra un grupo organizado o mafia de otros puntos de Europa y que operan en nuestro país a través de muleros que reingresan las cantidades obtenidas en cuentas bancarias en el extranjero, según explican a Crónica Global tanto la Policía Nacional como los propios portales online que ofertan los inmuebles.
¿Cómo detectar un timo?
Para formalizar el engaño e intentar no levantar sospechas, la arrendadora asegura, vía correo electrónico, que si el interesado “por alguna razón, se niega a alquilar el apartamento, se le devolverá el importe de la reserva mediante una transferencia bancaria”. Éste insiste en ver el piso antes de realizar cualquier pago, y pregunta, no solo por la localización exacta, sino que pide también un número de teléfono para contactar con la propietaria, aunque no recibe respuesta.
Pero no todos actúan con tanta precaución. ¿Cómo detectarlos? “Desconfiando de los chollos. Si vemos un piso muy bien ubicado, con unas características fantásticas, pero mucho más económico de lo que hay en la zona, tenemos que sospechar. También de la urgencia: si nos dicen que corre prisa alquilar o vender, y que debemos hacer un ingreso inmediato para reservarlo”, advierte Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. Además, como en este caso, cuando “exigen un pago por adelantado sin que quede el claro el motivo para hacerlo” y “cuando se dificulta el contacto con el interlocutor”, son indicadores que deben hacer saltar las alarmas sobre un posible fraude.
Verificación de los anuncios
Los portales de clasificados filtran los anuncios para evitar que estos engaños lleguen a los usuarios. “Los detectamos antes de que se publiquen en el 99% de los casos. Contamos con una serie de filtros que aplican desde el departamento de calidad y tecnología. Los que consiguen saltárselos duran pocas horas en la web”, señalan desde Idealista. “Lo que hacemos es analizar todos los anuncios de particulares, sobre todo en época vacacional”, cuenta Font, quien admite que descubrirlos a través de procesos automatizados no siempre es fácil, ya que deben determinar qué piso no tiene un precio acorde en comparación al resto del mercado en la misma zona.
“Primero hacemos un control técnico, que genera un aviso cuando consideramos que algún parámetro está fuera de la normalidad de la zona. Después contamos con un equipo de verificación que establece criterios por localización y precio, que también comprueba la autenticidad de las fotografías, para identificar anuncios fraudulentos”, explican desde pisos.com. Según la época, de 200 ofertas diarias que se publican en el portal, 40 pueden llegar a ser estafas, y no llegan a ver la luz, cuenta Font. Antes de publicar cualquier vivienda aplican filtros de seguridad para comprobar que el correo electrónico y el teléfono para contactar con el anunciante son válidos.
La sofisticación de las estafas
Desde Idealista señalan que cazar a los timadores es complejo debido a que “la casuística es muy amplia. Hay casos que llaman un poco más la atención, como un piso maravilloso en el centro de una ciudad, con un precio irrisorio. Pero ahora tienden a sofisticarse más” y advierten de que no son individuos que actúan de forma aislada sino “auténticas mafias”, algo que corroboran también desde la Policía Nacional. “Los estafadores utilizan cada vez métodos más elaborados y no tan burdos como hace unos años, cuando recibías un email en un castellano mal escrito, con faltas ortografía, y que se veía que era una estafa. Ahora están en manos de mafias y grupos organizados que siguen métodos más complejos”, advierte Font.
¿Cuál es el modus operandi? “Publican el anuncio de alquiler en uno o varios portales, exigen una cantidad de entrada para reservar la vivienda, y al final, cuando el usuario contacta para obtener la dirección exacta, se da cuenta de que no existe”, explica Antonio Navarro, portavoz de la Policía Nacional en Cataluña. La manera de actuar es siempre la misma, utilizan fotos de agencias o de alguna página web para crear la oferta fraudulenta, “documentos de personas que tienen sus viviendas anunciadas en portales o bien hacen fotografías exteriores de viviendas que sí existen y las ofrecen a través de internet”, señala.
Cerco policial a las mafias
Cuando un usuario ha sido víctima del timo, los portales no tienen ninguna responsabilidad sobre lo ocurrido, ya que tanto la comunicación como el pago se producen fuera de sus plataformas, aunque recomiendan al afectado que formalice una denuncia ante la policía. Los agentes rastrean la cuenta de destino, los correos electrónicos que se han intercambiado con el supuesto estafador, o las diferentes vías de contacto y de finalización del pago. “La investigación arranca a raíz del ingreso. En ocasiones se detecta que han abierto la cuenta bancaria con documentación falsa o que han utilizado a otra persona como mula, a la que pagan una cantidad para que reciba la transferencia a su nombre, y ésta, a su vez, la ingresa a otra cuenta en el extranjero”, cuenta Navarro, quien apunta que “ahí sí estamos hablando de mafias o grupos organizados”.
Otra de las señales que pueden levantar sospechas es la cantidad que exigen. “No suelen exceder los 401 euros porque es la diferencia entre estafa leve --que solo conlleva la pena de multa de uno a tres meses-- y delito --castigado con entre seis meses y tres años de prisión--. Pueden quedarse en 380 o 350 euros”, señala. Eso sí, cuando detrás se encuentra una organización que ha actuado en varias ocasiones, sí se les puede imputar un delito por estafa continuada.
Aun así, advierten que las cantidades son orientativas. “Si la vivienda tiene un precio elevado, no es normal que pidan un depósito tan bajo, lo normal es que exijan cerca del 20%”, apunta Navarro. “Quizá en una zona aislada, el precio puede ser bajo, pero en el centro de una ciudad, habría que huir de lo que parecen chollos o gangas”, advierte el agente. Otra manera de evitar el engaño es verificar que el código de la cuenta coincida con una entidad conocida pero, sobre todo, subrayan desde la policía, acudir a portales de confianza, y comprobar que las fotografías y la descripción del inmueble que allí aparece, no se encuentre en otras páginas haciendo referencia a una localización diferente.
La desconfianza, el mejor aliado
Los portales aseguran que trabajan para evitar que los anuncios fraudulentos lleguen a los usuarios. “Si hay motivos para darlos de baja, lo hacemos inmediatamente. No solamente eso, sino que avisamos a todos los que se haya podido poner en contacto con el supuesto arrendador. Les enviamos un correo electrónico para decirles que lo hemos retirado porque creemos que es un fraude, y le pedimos que no se ponga en contacto con él y que no adelante dinero”, recalcan desde Idealista. De manera similar actúan desde pisos.com. “Si algún inmueble nos genera algún tipo de duda, contactamos con el anunciante para verificarlo. Si vemos que es un fraude, bloqueamos no solo el anuncio sino también al usuario, y avisamos a los usuarios que en algún momento se hayan podido interesar por la vivienda”, relata Font.
“Siempre se tiene que desconfiar. La mejor forma de prevención es buscar la misma información del anuncio en Google. Si el resultado aparece en más sitios, con características diferentes, hay que sospechar”, alerta el portavoz de la policía. También, “preguntar por la dirección exacta del lugar. Si no la quieren dar es que te están estafando”, constata y añade que la mejor prevención es hacer una inspección de la zona, tras haber preguntado por la localización, y comprobar que el inmueble existe.