Una operación conjunta entre la Policía Nacional, Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra ha permitido desarticular un clan familiar dedicado al tráfico de marihuana que operaba desde el Prat de Llobregat, en la provincia de Barcelona. Los agentes han detenido a siete personas, seis con nacionalidad española, por presuntos delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico, tenencia ilícita de armas y pertenencia a grupo criminal, tras descubrir una plantación bajo la vivienda, a la que se accedía a través del plato de la ducha.
La investigación arrancó a raíz de las informaciones que tenía la Guardia Civil sobre un cargamento de marihuana con destino Holanda. El vehículo con el que los sospechosos pretendían realizar el envío estaba bajo el punto de mira de los Mossos, por presunto tráfico de drogas, mientras que la Policía Nacional tenía seguía de cerca al entorno de confianza del principal investigado.
Tres armas cortas
El trabajo conjunto permitió recopilar información sobre la estructura y organización del clan y el pasado 19 de julio se llevó a cabo el operativo policial en el que se practicaron siete entradas y registros --seis de en el Prat de Llobregat y una en Abrera--, que se saldaron con la detención de siete personas, la intervención de tres armas cortas, munición de guerra, así como más de 1.000 plantas de marihuana, cuatro vehículos y cerca de 10.000 euros en efectivo.
Además, en uno de los inmuebles se localizó una plantación oculta en un subterráneo que el clan expresamente había excavado bajo el inmueble, ocultando la entrada bajo un plato de ducha de más de 200 kilos de peso y que se accionaba mecánicamente. Habían reforzado la estructura con vigas, obviando las preceptivas medidas de seguridad. Una zona dividida en tres estancias de unos quince metros cuadrados con los que garantizaban el óptimo crecimiento de la plantación.
Red eléctrica
Todas las plantaciones se alimentaban de la red general eléctrica tras haber sido manipuladas, con el objeto de camuflar el elevado consumo eléctrico que este tipo de instalaciones requiere, aumentando así el riesgo de incendio por sobrecarga, que generan este tipo de instalaciones fraudulentas.
La investigación ha sido desarrollada por agentes de la Policía Nacional de la Sección de Crimen Organizado (UDYCO) de la B.P.P.J. de Barcelona, agentes del Grupo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil (EDOA) de la UOPJ de la Guardia Civil de Barcelona, por agentes de Mossos d´Esquadra de la División de Investigación Criminal (DIC) de Sant Feliu de Llobregat, y por agentes de la Unidad de Investigación de la Comisaría del Prat de Llobregat.