Camioneros, una especie en extinción
La esclavitud horaria y bajos sueldos han provocado un déficit creciente de más de 15.000 profesionales que nubla el sector
1 julio, 2019 00:00Ni a los parados ni a los inmigrantes les mola conducir camiones de largo recorrido. ¿Razones? Trabajan mucho, cobran poco, descansan menos y pasan días y hasta semanas sin ver a sus familias ¿Resultado? Según la Unión Europea de Transportistas por Carretera (UETR), España necesita 15.000 conductores y Europa 100.000.
Ponerse al volante de estos vehículos ha dejado de ser atractivo. Hasta en Estados Unidos, pese a disponer de sueldos de 60.000 euros anuales, hay un déficit de 50.000 trabajadores. Los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) muestran que el número de camioneros no para de caer. Hay una falta de relevo generacional: el 72% de los 253.000 titulares de permisos de conducir de las clases C y C+E supera los 50 años. Para intentar paliarlo, hace un mes anunció que se permitirá obtenerlos a los 18 años, en lugar de los 21 exigidos ahora.
Dureza y precariedad
“El salario no compensa un trabajo tan duro", reconoció recientemente el director general de la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic), Ramón Valdivia. Este directivo matizó que mucha gente quizá también recelaría aunque se pagase más, por problemas estructurales del sector y el auge competitivo de la construcción.
El salario bruto de los camioneros, según esta patronal, ronda los 20.100 euros al año (pagas incluidas), aunque la cifra supera los 30.000 si se incluyen dietas. Las horas extra y la disponibilidad lo elevarían entre 4.000 y 5.000 euros más.
El déficit de chóferes de tráiler es especialmente “preocupante”, alerta la Federación de Empresas de Transportes de Zaragoza (Fetraz). En Aragón se multiplican las ofertas en todos los medios con “empleo estable, salario competitivo y trabajo indefinido”. "Cuesta mucho --aseguran-- encontrar conductores para rutas donde no se haga noche en casa, porque ahora la gente prefiere ganar algo menos pero conciliar más".
Importar de Perú y Chile
“Esto es muy sacrificado y pagado, según se mire y compare. Mejor dejarlo, si se puede”, asegura Rafael Gutiérrez, 52 años, que cada semana hace un Barcelona-París-Barcelona turnándose en cabina con un compañero.
Los parados hacen oídos sordos. Las patronales piden, como posible ayuda, abrir la puerta a los inmigrantes e incluso plantea importar directamente conductores extranjeros, sobre todo de Perú y Chile donde al parecer hay excedente de estos operarios.
Pérdida de atractivo
En España hay unos 400.000 camiones, entre pesados, ligeros y la flota de empresas privadas. Las compañías suelen ser pequeñas con cuatro vehículos de media. “El mercado ha conseguido que una profesión que antes resultaba atractiva para mucha gente haya dejado de serlo”, aseguran fuentes de la patronal Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM).
Antes se ganaba dinero, se viajaba y se estrenaban vehículos punteros. “Pero la presión de los clientes --explican-- se ha hecho durísima, con una guerra de precios sin cuartel que lleva a la baja los contratos. Los fabricantes de productos exprimen a los proveedores y esa batalla llega a los transportistas, que nos peleamos por reducir costes”.
Mejorar áreas de descanso
Los empresarios han pedido al Ministerio de Fomento que refuerce las inspecciones para combatir el dumping o rebajas fraudulentas que realizan las denominadas “empresas buzón”. También reclaman mayor inversión en áreas de descanso para hacerlas más seguras y confortables para los conductores. Es, a su juicio, una “asignatura pendiente”, ya que “se ha preferido invertir en otros servicios como el AVE”.
El alza de los precios de los carburantes es otro factor que ha rebajado la rentabilidad de estos puestos de trabajo. El resultado es que los jóvenes prefieren optar a otros empleos e incluso quedarse en casa.
Amenaza de robotización
Los camiones sin conductor son ya una realidad y su implantación en las carreteras españolas no está muy lejos. La OCDE alertó en mayo pasado de la destrucción de más de cuatro millones de puestos de trabajo en 2030 en EEUU y Europa a causa de su progresiva introducción.
La división de transporte de mercancías Uber Freight ya transporta cargas de forma autónoma por las carreteras de Arizona. Un camión sin conductor con una carga de cerveza recorrió 200 kilómetros por Colorado en 2016. Y Waymo, empresa filial de Google, ha puesto en marcha camiones autónomos en Atlanta. Volvo está poniendo a punto en Suecia un camión robot o autoconducido recolector de basura, capaz de detenerse y subir los desperdicios en puntos fijos en las vías. Lo que faltaba en un sector ya mermado. Los camioneros supervivientes van a tener que buscar otra profesión.