El verano es la época por antonomasia para viajar. Pero más allá de las típicas vacaciones en la playa o en la montaña, hay mucha gente que se decide a descubrir el mundo a bordo de una furgoneta, un vehículo que es sinónimo de libertad. No es una mera camper, “sino un modo de vida y un pasaporte personalizado a la carretera abierta, ya sea para pasar una noche, un fin de semana, varios meses o incluso años”, explican desde Lonely Planet.
La editorial acaba de publicar Vanlife: La guía para viajar por libre, un libro lleno de información para orientar a los viajeros que opten por esta forma de recorrer el planeta. En sus páginas se ofrece una selección con algunas de las mejores rutas que seguir a bordo de este vehículo.
1. Por la Costa suroeste de Australia Occidental
El viaje por carretera por la costa suroeste de Australia Occidental es una de las rutas más agradecidas del continente, con viñedos, espléndidos parques nacionales y una costa de postal.
Muchos visitantes van en línea recta hasta el río Margaret, pero hay mucho más que explorar en esta costa salvaje y espectacular, con playas que se extienden hasta la eternidad y delfines en aguas poco profundas. Y cuanto más lejos, más tranquilas las carreteras y más emocionante la sensación de este vasto continente.
2. África Occidental: de Freetown a Acra
Esta ruta constituye una extraordinaria sucesión de territorios icónicos. El recorrido se caracteriza por distintos paisajes: un apacible claro en pleno bosque lluvioso, impresionantes dunas de arena perfectamente esculpidas por el viento, un arco de arena inusualmente solitario en una costa inusualmente solitaria.
La fauna también es espectacular y se puede ver más de lo que inicialmente parece si se sabe dónde mirar, como elefantes, primates, felinos; y hay algunos de los mejores puestos de observación de aves. A diferencia de África oriental o austral, lo más probable es que se pueda disfrutar en solitario.
3. La ruta circular de Katmandú
Una ruta montañosa con atractivas llanuras. Este polvoriento circuito de Katmandú al Terai lo tiene todo, desde pueblos medievales hasta rinocerontes y vistas al Himalaya.
Hay gasolineras y puestos de reparación de neumáticos por todo el trayecto. Pero es necesario tener presente que son carreteras desiguales y puertos de montaña muy escarpados, por lo que conviene asegurarse de que el vehículo está en condiciones de circular.
4. Circuito por la costa de las Rocosas canadienses
Este itinerario lleva por los parques nacionales de Kootenay, Banff y Yoho, se adentra en Alberta y muestra a la madre naturaleza en todo su esplendor: excelsos picos nevados, bosques recónditos y fuentes termales.
Aquí los montes se alzan hacia los astros mientras cañones, cascadas y lagos del color de las gemas se ocultan en las entrañas del bosque aguardando a ser descubiertos, al igual que ocurre con osos, alces y demás criaturas.
5. El Grand Tour de Italia
El que fuera en su día el clásico viaje de año sabático es un periplo en busca de arte e ilustración, aventura y desenfreno. Desde los palacios de los Saboya en Turín y La última cena de Leonardo a las tabernas de Génova y los palacios romanos de los placeres.
El Gran Tour brinda la ocasión de ver algunas de las mayores obras maestras del mundo y escuchar a Vivaldi en violonchelos del siglo XVIII. Se trata de un viaje en furgoneta divertido rebosante de sonidos, sabores y lugares de interés que llevan siglos moldeando a la sociedad europea.
6. La carretera Austral de Patagonia
Con 1.239 kilómetros, la carretera Austral (Ruta CH-7) es la ruta viaria más desafiante de Chile, pero recompensa a los valientes que se atreven a recorrerla.
Bisecciona la Patagonia y es hogar de un puñado de pioneros que han logrado domesticar el terreno lo suficiente para vivir en los pequeños pueblos que salpican la ruta. Esta tierra remota de montañas, lagos, bosques, fiordos y pueblecitos es épica en todos los sentidos.
7. La Ruta 61 de Minnesota
Homenajeada por Bob Dylan en su álbum Highway 61 Revisited (1965), esta carretera lacustre rebosa encanto.
En esta ruta, cargueros de minerales que surcan puertos, pequeñas flotas pesqueras con la pesca del día y acantilados fustigados por las olas del lago Superior desfilan ante los intrépidos que siguen los pasos del nobel de literatura.
8. Circuito de los Alpes del Sur
Nada define mejor a la isla Sur que los Alpes del Sur, cordilleras que se extienden 500 kilómetros desde los lagos Nelson a Fiordland. El recorrido ofrece la oportunidad de admirar un vasto tramo de estas montañas, con experiencias genuinamente neozelandesas como excursiones por los glaciares, vuelos panorámicos y rutas en bici por el campo o senderos de naturaleza, o simplemente contemplarlas desde la ventanilla de la furgoneta.