Los centros de atención primaria del Instituto Catalán de la Salud de la ciudad de Barcelona han decidido formar a su personal sanitario administrativo en el trato con personas que presenten algún tipo de trastorno en la conducta o discapacidad. Se trata de incentivar los denominados mostradores inclusivos. Según informa la empresa pública adscrita al Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, gracias a estas formaciones “los administrativos sanitarios dispondrán de más herramientas y recursos para favorecer una atención adecuada a cualquier persona con discapacidad y/u otros trastornos de la conducta”. El proyecto cuenta con la colaboración directa de la Asociación JOCVIU, que tiene como objetivo integrar socialmente a grupos excluidos para mejorar su calidad de vida.
Los asistentes a los cursos programados en este proyecto se formarán para identificar las necesidades de los colectivos especiales con el fin de ofrecer una atención satisfactoria. Los centros de atención primaria de Barcelona y la Asociación JOCVIU han sido los encargados de plantear los contenidos formativos de los cursos, por los que pasarán los profesionales sanitarios administrativos de la ciudad. El Instituto Catalán de la Salud ha explicado que el trabajo conjunto entre ambos organismos "ha tomado como referencia las reclamaciones recogidas en los centros en relación con la organización, el acceso, la movilidad dentro de los centros, la información o el trato recibidos”. Así pues, el objetivo es crear mostradores inclusivos que ofrezcan un servicio adecuado a todos los pacientes.
Diferentes estrategias comunicativas
La primera edición de las formaciones acogerá a más de setenta profesionales sanitarios administrativos procedentes de varios equipos de la Ciudad Condal. La empresa pública de la salud catalana ha informado que este curso inaugural servirá para que los alumnos se familiaricen “con los tipos y grados de discapacidades y trastornos para facilitar la identificación y el acompañamiento de las personas que requieren un trato adaptado a sus necesidades”. Los responsables del programa hacen hincapié en destacar la importancia de que los asistentes aprendan sobre estrategias comunicativas, como la de emplear un lenguaje claro, sencillo y comprensible o que recurran a los gestos e imágenes para hacerse entender. También resaltan lo conveniente de dar tiempo al paciente con necesidades especiales para que responda o para saber si ha comprendido la información recibida de manera adecuada.
Además de la implicación directa de la Asociación JOCVIU, el plan de los mostradores inclusivos cuenta con el respaldo del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad. “Tiene una orientación muy práctica para abordar situaciones frecuentes que se encuentran los administrativos sanitarios en el mostrador. Incluso se plantea un trabajo de valoración y reflexión sobre la atención que se realiza en cada centro de atención primaria desde el punto de vista de la inclusión en la diversidad”, en palabras del Instituto Catalán de la Salud. El curso plantea temas como el espacio físico y el entorno sanitario, la información que se ofrece a los pacientes, el material del que se dispone o el apoyo instrumental que se utiliza para ello. “Estas actividades permiten involucrar al resto del equipo y transmitir a todos los profesionales las herramientas y los recursos para una atención inclusiva”, aseguran sus promotores.
Inclusión social en el entorno sanitario
Pero los mostradores inclusivos no son la primera propuesta en pro de la diversidad en el marco de la sanidad de la ciudad de Barcelona. El Instituto Catalán de la Salud ya ha emprendido otras campañas orientadas a una atención adaptada y adecuada a grupos con características distintivas. En este sentido, desde el año 2017 está activo un plan para la atención en mostrador de personas con identidades y expresiones de género diversas que busca, según el Instituto, “normalizar la atención que reciben las personas trans”. Fuera de Barcelona capital existen otras iniciativas similares. Todos los centros de atención primaria de Cataluña se sumaron a la campaña ¡No puedo esperar!, que facilita el acceso a los lavabos a personas que sufren una enfermedad intestinal crónica y que requieren entrar en los baños de manera urgente. La tarjeta sanitaria Cuídame es otro ejemplo. Con ella es posible identificar a las personas que por su historial clínico demandan una atención médica concreta que se adapte a sus necesidades específicas.