Los refugiados por motivos de nacionalidad, religión, raza o guerra se han incrementado en España en los últimos años. Entre ellos, llaman la atención los que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de su orientación sexual. “Hemos notado que hay un aumento espectacular del número de refugiados LGTBI+ en España”, dice Juan Carlos Arnaiz, focal point de este tipo de asuntos de ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados) en España. Este organismo coordina desde el 2016 un grupo específico de solicitantes de asilo por motivos vinculados con orientación sexual e identidad de género.
“No hay cifras oficiales sobre los solicitantes de asilo y refugiados reconocidos como LGTBI+. Este tipo de personas --comenta a Crónica Global-- casi nunca vienen por un solo motivo. Puede que tengamos un refugiado de guerra que además sea homosexual y perteneciente a una minoría religiosa perseguida. Son cifras muy sensibles con las que ACNUR no cuenta, no es que no te las quiera decir. Los gobiernos se amparan en la protección de datos para no hacer pública este tipo de información”.
Origen de los refugiados
En cualquier caso, ¿de dónde proceden los refugiados LTGBI+ que más vienen a España? “De Venezuela, sin duda, pero también es de donde más refugiados llegan en general, por la coyuntura sociopolítica. Luego hay otros países, como Colombia y otras regiones de América, que vienen huyendo de las maras. En África es Marruecos el Estado del que recibimos más refugiados LGTBI+, claramente, pero también los hay de Argelia y otros países". En Europa el foco principal es Rusia, que son los que vienen de una manera más organizada.
España tiene cuotas anuales de reasentamiento. Las últimas se han centrado en refugiados sirios, y están formadas sobre todo por familias. Sin embargo, no hay cuotas para los refugiados LGTBI+ por parte de la administración, "Si en algún momento se preveyeran, lo que tenemos que tener claro es que hay que fomentar la sensibilización en la inclusión, en la diversidad y huir de los guetos. Son prioridades”, arguye Arnaiz en el marco del seminario internacional sobre personas refugiadas LGTBI+ que tuvo lugar ayer en El Born Centre de Cultura i Memòria.
Las personas 'trans', las que más sufren
Entre los grupos vulnerables o con necesidades específicas ACNUR siempre tiene en cuenta a los colectivos LGTBI+. “A veces --señala Arnaiz--, cuando llegan a otro país se ven obligados a esconderse de las personas que también huyen para no ser objeto de vejaciones. Hay que recordar que en las caravanas de migrantes hacia Estados Unidos del año pasado muchas de las personas que más sufrieron fueron las mujeres trans. Uno de los objetivos de ACNUR es identificar a estas personas para ayudarlas. En relación a las solicitantes de asilo trans, de Marruecos se han reconocido como refugiadas en España desde hace muchos años, sin embargo, este reconocimiento ha sido más reciente para solicitantes gays o lesbianas", señala el responsable de ACNUR. Añade que dadas las particulares necesidades de las solitantes trans y la falta de programas de integración específicos para ellas, si no se las ayuda, en muchos casos seguirán abocadas a la prostitución en el país receptor”.
“Muchas veces las mujeres trans no se ven a sí mismas como refugiadas, como fue el caso de la primera reconocida en España en el 2002, una mujer argelina a la que conocí personalmente” explica Arnaiz. Venía del mundo lumpen, de la prostitución y las drogas y buscaba acogerse a un proceso de regularización de extranjería que en ese momento había en España. Sus abogados le dijeron que necesitaba tener un pasaporte en vigor y para ello tenía que ir al consulado de Argelia, pero ella tenía mucho miedo de acudir con su aspecto de mujer. Tras una entrevista en profundidad, afortunadamente, su caso fue derivado al procedimiento de asilo.
Entrevistas y valoración de las solicitudes
Si las personas que hacen las entrevistas no están formadas ni sensibilizadas, estas pueden ser muy denigrantes, en particular para las mujeres trans. Por eso desde ACNUR intentan fomentar la formación a los agentes de policía que realizan estas primeras entrevistas ya que, de lo contrario, se podrían producir situaciones violentas y contraproducentes derivadas de preguntas como cuándo fue la primera relación sexual, con quién o qué sintió.
Después de la entrevista viene el momento de la valoración de las solicitudes, esto es, el análisis de credibilidad que confiere la administración, muchas veces basado en prejuicios y estereotipos. "Algunas solicitudes de asilo se han denegado --puntualiza Arnaiz-- con argumentos tales como que la persona afectada no había 'elaborado lo suficiente la construcción de su orientación sexual', como si este aspecto fuese similar para todos los solicitantes LGTBI+, cuando la realidad es que cada persona tiene su propia experiencia y su propio proceso. En otro caso dijeron: ‘No te creo porque te has llamado a ti mismo maricón'". Afortunadamente, en España la cuestión probatoria no ha llegado a los niveles de otros países de nuestro entorno donde los solicitantes se ven obligados a presentar fotos de relaciones íntimas como prueba. En España se da la circunstancia de que las primeras entrevistas las realiza la policía y la decisión la propone otro funcionario de la Oficina de Asilo y Refugio, que en muchas ocasiones no ha visto nunca la persona en cuestión. "Un ser humano es mucho más que un montón de papeles", recalca el responsable de ACNUR.
Ceuta y Melilla, claves para ACNUR
ACNUR en España está formado por unas 30 personas, la mayoría ubicadas en Madrid, y el resto repartidas en Ceuta, Melilla y las costas de Andalucía. Están allí porque son puntos de entrada importantes de inmigrantes y refugiados, incluidos los LGTBI+. “De los asentados en Ceuta y Melilla, muchos sufren situaciones difíciles porque vienen de pueblos ubicados justo al otro lado de la frontera, y tienen que esperar mucho para que se les autorice a pasar a la Península”, expone Arnaiz.
“La narrativa racista en España, y en Europa en general, está ganando cuotas de poder, lo cual es preocupante para los defensores de los derechos de los refugiados", continúa el focal point de ACNUR para asuntos LGTBI+, que pese a todo, se muestra optimista. Considera que el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y el Ministerio del Interior, de los cuales dependen todas las competencias en este campo, cuentan con varias líneas de trabajo muy útiles para este tipo de colectivos. Asimismo, cada vez hay mayor sensibilidad con las personas solicitantes y refugiadas LGTBI+ en otras administraciones, así como en la sociedad civil, y poco a poco se están extendiendo las buenas prácticas.