El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha declarado nulo el despido de uno de los trabajadores de Proactiva Serveis Aquàtics, adjudicataria del servicio de socorrismo en Barcelona en 2016, por vulnerar su derecho fundamental de libertad sindical. La sentencia, de octubre del año pasado, obliga a su reincorporación a la plantilla en las playas de Barcelona y condena a la empresa al pago de una indemnización de 6.251 euros por daños morales.

Aunque la justicia le ha dado la razón --después de que la demanda fuese desestimada en primera instancia--, este socorrista tiene ahora una segunda causa abierta porque la nueva adjudicataria del servicio, Eulen, no lo readmite en su puesto de trabajo. “Pueden negarse porque la sentencia es contra Proactiva, pero la plantilla fue subrogada, por lo que yo tenía que haber formado parte de ese proceso”, explica a Crónica Global. En febrero de 2019 presentó una petición de ejecución de sentencia para que sea el tribunal el que determine si deben o no volver a contratarle “y a cuánto ascienden los salarios” que le deberían abonar.

Organización sindical

Los hechos se remontan a 2016, cuando el demandante era responsable de playas en Barcelona. “Ese año la licitación pasó de Cruz Roja a Proactiva, y no teníamos la subrogación garantizada. Como representante sindical --de CGT, al que estaba afiliado el 80% de la plantilla de las playas de la capital catalana en aquel momento-- de mis compañeros, comencé a preguntar qué iba a pasar con nosotros, si íbamos a permanecer en los puesto de trabajo o no, y si mantendrían las mismas condiciones salariales. Incluso hicimos una acampada en el Ayuntamiento”, cuenta el socorrista.

“Finalmente conseguimos negociar con los funcionarios responsables de la adjudicación del servicio y llegamos a un acuerdo según el cual se iba a mantener a toda la plantilla y, como el contrato no contemplaba un presupuesto para esas condiciones, el consistorio decidió pagar un plus a la empresa que, a su vez, lo tendría que abonar a cada trabajador”, sostiene.

Periodo de prueba

Como finalmente el acuerdo no contempló una subrogación de la plantilla, el contrato “comenzaba de cero e implicaba un periodo de prueba”. A los 17 días de empezar a trabajar con Proactiva recibió la carta de despido. “Dijeron que no lo había superado”, recuerda. Fue en ese momento cuando emprendió acciones legales contra la empresa. “El 29 de diciembre de 2017 pierdo en primera instancia. Ante esa situación presento un recurso y en octubre del año siguiente, el TSJC emite una sentencia en la que expone que sí se produjo una persecución por actividad sindical”, explica.

Este socorrista había sido el coordinador general del servicio en Barcelona durante cinco años. “Tuve que renunciar a ese puesto durante la negociación, porque era una posición estratégica, y Proactiva quería poner a una persona de su confianza. Acepté para poder cerrar el acuerdo, y por ello también vi mi contrato reducido a una sola temporada, y empecé a trabajar en funciones de coordinador de la playa”.

Reincoporación

A pesar de tener un fallo a su favor, todavía no ha conseguido recuperar su puesto de trabajo. “Remití un email a Eulen con la sentencia, para decirles que tenían que reincorporarme, pero se negaron. Por eso, en febrero de este año, presenté una ejecución de sentencia para que un juez determine si me tienen que volver a contratar o no”, explica.