De los 16.000 jubilados que en 1985 echaron sus canas al aire en los viajes del Imserso se ha pasado a un millón. Pero el milagroso chollo vuelve a encallarse por la disputa entre aerolíneas, hoteleros, agencias de viaje y el propio Gobierno. Un caos anunciado tras el suculento presupuesto de 1.200 millones de euros por impugnaciones de pliegos, sanciones, trampas, competencia desleal y un sinfín de críticas y denuncias cruzadas.
Casi 16 millones de mayores de 60 años se han beneficiado desde su puesta en marcha por Matilde Fernández, ministra de Asuntos Sociales de uno de los gobiernos de Felipe González. La iniciativa facilita que puedan disfrutar de vacaciones en temporada baja a un coste asequible. Por 160 euros pueden pasar una semana en la Península en hoteles de tres y cuatro estrellas que incluyen desayuno, comida y cena; y una serie de actividades, entre ellas concurridos bailes.
Matilde Fernández, exministra de Asuntos Sociales de un Gobierno de Felipe González / EFE
Tregua revitalizadora
Los mayores son los primeros beneficiados en su bolsillo. Además, algunos han ampliado sus relaciones afectivo-sentimentales. En los 90, la prensa se hacía eco hasta de bodas entre jubilados humildes, que de otra manera no podrían disfrutar de estas estancias, como defendían la ministra y su entonces colega en Trabajo, Joaquín Almunia.
“Se evitan depresiones y soledades. Sobre todo, en un momento en el que muchos y muchas ayudan a hijos y nietos, es decir, están trabajando casi como antes de jubilarse. Estos viajes son vividos como una tregua revitalizadora”, asegura la enfermera y psicóloga clínica madrileña Nati Colmenares.
Votos y negocio estatal
También gana el Gobierno de turno a la caza de votos y el Estado en euros contantes y sonantes. Los cálculos más solventes revelan que por cada euro invertido las arcas públicas reciben 1,56 euros. Es decir, el Estado no solo rentabiliza el gasto sino que obtiene beneficios.
Jubilados en un viaje de la Imserso
Los rendimientos se consiguen a través de la creación y el mantenimiento del empleo: unos 12.000 trabajadores en el sector turístico, especialmente en el hotelero. Sin estos viajes, muchos de estos empleados acabarían en el paro y tendrían que cobrar el subsidio de desempleo a cargo del Estado. Además de este ahorro, la Agencia Tributaria sigue recaudando IVA, Impuesto de Sociedades e IRPF.
Viajes por 12 euros
Las agencias de viajes y empresas de transporte, que participan formando complejas UTEs, también tienen jugosos intereses. Este año son tres, Logitravel, Mundosenior y Mundiplan. Las dos últimas ganaron el último concurso.
Iberia se sitúa desde siempre en cabeza. Así consigue llenar las plazas vacías de los aviones en temporada baja. Y su socia Alsa, que acapara la mayor parte del transporte terrestre con sus rutas por toda España peninsular. Pero muchas agencias minoristas no quieren participar porque el beneficio es bajo. El año pasado la Federación Territorial de Asociaciones de Agencias de Viajes (Tetave) fijó en 12 euros el viaje vendido.
Varios jubilados en un aeropuerto para empezar un viaje de la Imserso organizado por Mundiplan / FACEBOOK
Hoteleros en guerra
Cuando entran en juego los hoteleros, como hace dos años, se recrudece la batalla. La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) ha impugnado los pliegos del concurso de los viajes por considerar que incumplen los requisitos legales. También se quejan de que las condiciones son “inasumibles” para ellos. Los hoteleros ganan de media 20 euros por persona y día. Piden que, para evitar pérdidas, se eleve a 25 euros.
Los empresarios critican que no se contabiliza el "esfuerzo inversor" de los 350 hoteles participantes en reformas, ni la subida de los salarios. Están obligados a tener un trabajador por cada 7,5 plazas. "Es un despropósito. El programa así es insostenible", asegura el presidente de la Confederación, Juan Molas.
En vilo hasta octubre
Los hoteleros proponen, si no lo pone el Estado, que los usuarios se hagan cargo de ese aumento pagando dos euros más al día. Sería un “mínimo esfuerzo”, ya que la mayor parte cuentan con rentas medias “de entre 1.100 y 1.400 euros”.
El Gobierno no está por la labor, sobre todo entre elecciones. Los sindicatos UGT y CCOO, tampoco. Defienden que los beneficios empresariales son suficientes y que los jubilados, tras tantos años de sacrificio y con pensiones precarias, no tienen por qué poner un céntimo más.
Las impugnaciones a la licitación en marcha y las resoluciones del programa, amenazan con que el inicio de los viajes se retrase más allá del 1 de octubre. Se espera la respuesta del Tribunal Económico Administrativo del 8 al 23 de junio y la mediación de la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto. “El chollo, tras 33 años de éxito, corre peligro”, sentencia Luis Miguel García, empleado del Imserso que ya cumple 41 años.