La Audiencia de Barcelona ha condenado a 70 años de cárcel a Tomás Pardo, conocido como el "violador de Martorell", por secuestrar, agredir sexualmente e intentar matar a cuchilladas a una mujer en la localidad barcelonesa de Castellbisbal en 2016, durante un permiso penitenciario mientras cumplía condena por otro ataque similar de 2002.
En su sentencia, la sección séptima de la Audiencia de Barcelona condena a Pardo por los delitos de detención ilegal (20 años de prisión), asesinato en grado de tentativa (30 años), delito continuado de agresión sexual (15 años) y robo con intimidación (cinco años), así como a indemnizar a la víctima con 1,1 millón de euros. La sala también acuerda la prohibición de aproximarse a la víctima --a la que llegó a arrojar a un barranco y tapó con tierra y hojas, pensando que la había matado-- ni comunicarse con ella durante 95 años.
Montse (izquierda), la primera mujer a la que Tomás Pardo, el violador de Martorell, atacó en 2002, protestando ante el TSJC el pasado mes de marzo, antes de que fuera condenado / EUROPA PRESS
Reincidencia, abuso y "razones de género"
En su sentencia, la Audiencia ha aplicado el agravante de reincidencia y el de abuso de superioridad, así como de haber cometido la agresión y la tentativa de asesinato por razones de género.
La Audiencia considera probado que, a primera hora del 29 de octubre de 2016, aprovechando un permiso penitenciario, Tomás Pardo abordó a la víctima en un aparcamiento de Igualada cuando acababa de entrar en su coche y le exigió, amenazándola con una navaja, que le llevara a Martorell.
Tras obligarla a conducir el vehículo 53 kilómetros, la llevó a calle sin salida de la localidad de Castellbisbal, próxima a una zona boscosa, la obligó a detener la marcha y bajarse del coche, y sin dejar de exhibir la navaja y agarrándola por la mano, "a adentrarse en una zona boscosa siguiendo un camino forestal".
Violación e intento de asesinato
Tras caminar unos metros, después de abandonar el camino forestal y adentrarse por otro camino secundario más oculto, Pardo le dijo a la víctima "te ha tocado" y la violó varias veces.
Posteriormente la obligó a adentrarse más en el camino, le robó las llaves del coche y una tarjeta bancaria con el código de seguridad, y la llevó hasta el cauce de un torrente, donde la apuñaló cinco veces con la navaja en el cuello y en la zona lumbar.
Lo hizo actuando "de forma totalmente sorpresiva y sin mediar palabra, con la intención de causarle la muerte para evitar su identificación y detención", y la mujer, como única maniobra de supervivencia que le quedaba, decidió hacerse pasar por muerta.
La tiró a un barranco
Tomás Pardo, creyendo que la mujer había fallecido, la arrastró unos metros y la lanzó por un barranco de unos cinco metros de altura y, a continuación, le tiró tierra por encima y diversas ramas para ocultarla e impedir que pudiera ser encontrada.
La mujer consiguió sobrevivir y, como consecuencia de estos hechos, además de sufrir numerosas heridas, padece estrés postraumático, con cuadro continuo de angustia, ansiedad y depresión, que le obliga a seguir un tratamiento psiquiátrico "sin que pueda vislumbrarse su estabilización o mejora sintomática".
El acusado ya había sido condenado por agresión sexual, robo violento y homicidio la Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona el 20 de diciembre de 2004, una sentencia que estaba cumpliendo en el momento de los hechos.