Más de un centenar de empleados de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) se han manifestado este lunes por la tarde contra la gestión que la empresa ha hecho de la crisis del amianto. Los empleados han desfilado por la calle Marina de la capital catalana, aprovechando una nueva jornada de huelga, para reclamar su derecho a trabajar en condiciones que no afecten a su seguridad. Tras una pancarta con el lema "por la salud de todos, defensa de los puestos de trabajo, el amianto mata", han desfilado escoltados por una patrulla de la Guardia Urbana. Pasadas las 18:00 horas, los manifestantes han recalado en la sede de Barcelona en Comú que se encuentra en la misma calle, en la que han pegado carteles con el mensaje Perill, amiant en comú y Amianto mata.
Manifestación de trabajadores del metro de Barcelona contra la gestión de TMB por la crisis del amianto / CG
Nueva jornada de huelga
Este lunes ha tenido lugar una nueva jornada de paros en el suburbano de la capital catalana para protestar contra la gestión que tanto la empresa como el consistorio de la capital catalana hacen de la retirada de esta sustancia tóxica de vagones y estaciones de este transporte.
Sede de Barcelona en Comú en Barcelona tras la protesta de los trabajadores de metro / CG
Desde el Comité de Empresa han justificado la huelga por las "diferentes afecciones pulmonares" que sufren algunos de sus compañeros por la exposición al amianto. "El mismo que la Dirección de Metro negaba que existiera en nuestros trenes e instalaciones y que vemos que sí existe y que, además mata", han manifestado a través de una de las octavillas que han repartido durante su protesta.
Protección
Los empleados exigen "acciones protectoras y preventivas hacia los trabajadores y usuarios". Además, recuerdan que "trabajar no debería matar ni hacer empeorar nuestra salud" y que usar el suburbano debería ser una acción que no pusiese en riesgo para el bienestar de los pasajeros.
Pegatinas de protesta en la sede de Barcelona en Comú / CG
Esta no es la única causa que ha motivado la protesta. Los trabajadores sostienen que están "hartos" de que "la tecnología se use para eliminar puestos de trabajo". Hacen referencia a la automatización de la apertura y del cierre de las estaciones. Un servicio que hará que se clausuren sin revisión previa, lo que ha hecho que, en ocasiones, permanezcan hasta 72 horas abiertas por "avería del sistema", según denuncian los propios empleados.