Pasar el día fuera de casa es más normal cuando se acerca el buen tiempo, pero hay que ser cauteloso con los más pequeños y llevar siempre una botella de agua para que vayan bebiendo. El cuerpo de un niño está compuesto por una cantidad de líquido mayor que el de un adulto, por lo que evaporan más agua y tienen más sed.

Para transportar el agua normalmente se utiliza una botella, pero reciclar las de plástico de los supermercados no es una buena idea. Estos envases contienen una serie de componentes químicos perjudiciales para la salud, como el bisfenol A (BPA). Por tanto, para protegernos contra este componente y generar menos residuos, la mejor opción es comprar una botella de agua reutilizable de cristal, silicona, aluminio o plástico sin BPA.

Cristal

El vidrio es un material muy adecuado, ya que es fácil de limpiar, no da ningún sabor extraño al agua y es reciclable. Es cierto que, en algunas ocasiones, puede resultar pesado y frágil, pero ya hay marcas que le añaden un recubrimiento de silicona para que sean más resistentes.

Plástico sin BPA

No todas las botellas de plástico contienen BPA, ya que este componente se usa en los envases de alimentos, cantimploras, pegamentos y barnices, pero no en todos compuestos de plástico. Hay muchos frascos con diseños de todo tipo que vienen acompañados de una pajita flexible y son bastante ligeros.

Acero inoxidable

Su característica principal es que mantienen los líquidos fríos o calientes durante mucho más tiempo que cualquier otro tipo de botella. Son una elección más que acertada para los que quieren que el agua se mantenga fría en los meses de verano.

Silicona

Son muy resistentes y flexibles, además de irrompibles. Ahorran espacio en la mochila de los más pequeños, porque se pliegan por completo y son aptas para líquidos fríos o calientes.