La activista social y profesora de Estudios de Género y Psicología de la UOC, Asun Pié, destaca que la violencia contra las personas con diversidad funcional es un hecho real contra el que hay que luchar. Y que el patriarcado es una forma de opresión hacia este colectivo en general y no solo afecta a las mujeres.
La experta en disability studies afirma que el sistema patriarcal no afecta solo a las mujeres, sino a todos los colectivos que no se corresponden con el modelo establecido. Lo ha dicho en una conferencia sobre la violencia de género en las mujeres discapacitadas. El acto se enmarca en el ciclo de ponencias Àgora, del Institut Guttmann, en Barcelona, que se llevan celebrando desde hace unos meses.
Patriarcado opresor
En esta línea, explica que la sociedad en la que vivimos tiene una estructura binaria que distingue entre naturaleza --mujeres, discapacitados, gente de otras etnias u otras orientaciones sexuales, entre otros-- y cultura --la figura dominante--. “Esta charla debería llamarse violencia patriarcal”, dijo nada más empezar, para aclarar esta idea de que dicho sistema perjudica a ambos sexos por igual.
Insistió en que este entramado oprime a las mujeres discapacitadas de muchas formas y con unas condiciones diferentes a las habituales. “No es solo una suma, es una cosa mucho más amplia, ya que hay cuestiones específicas que solo afectan a las que tienen diversidad funcional”, asegura.
Características específicas
Pié denunció que en el entorno de las personas con discapacidad muchas veces se normaliza la violencia por varios motivos. La deshumanización, la indefensión o la idea de que son una “mercancía defectuosa” son algunas de las razones que provocan que el maltrato a este colectivo se conciba como algo normal.
También aclaró que las agresiones no son solo físicas, sino que en muchos casos son verbales o emocionales. Los autores de estas coacciones no suelen ser las parejas, sino los cuidadores, dado que dependen de ellos. Además, explicó que deben existir unos sistemas para que estas personas puedan denunciar estas situaciones y dejen de ser tratadas “como niñas y niños”.
El feminismo como única solución
Pié defendió que el feminismo radical intenta combatir esta división binaria y tiene como objetivo acabar con la exclusión. “No busca el poder, ni busca números iguales de mujeres y hombres, busca la integración de todos los colectivos y puede ser la única solución a la crisis que estamos viviendo”, manifestó.
En definitiva, la activista feminista defiende la necesidad de crear una nueva estructura social, lejos del patriarcado, que luche por todos los colectivos y los haga sentir “orgullosos” de ser como son. Según sus palabras: “El feminismo puede transformar las cosas”.