La Semana Santa es plural como lo es la sociedad catalana, puesto que cuenta con gran cantidad de celebraciones y formas de entender la fiesta que conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo. Entre las tradiciones, las hay más nostrades y aquellas importadas por personas de otros rincones de España, que movidas por la nostalgia recrearon esas formas tan típicas de su tierra de celebrar este periodo litúrgico.
Cuesta de creer la fuerza de la fiesta, la más importante de la cristiandad, en una sociedad cada vez más secularizada. Según un estudio de la dirección general de Asuntos Religiosos de la Generalitat de 2014, los ciudadanos de Cataluña que se consideran católicos llegan al 52,4%, de los cuales 12,2 puntos afirman no ser creyentes --es decir, se sienten identificados con la tradición y la cultura católica pese a no profesar realmente la fe--. Entre los que sí tienen esa creencia (los 40,2 puntos restantes) solo un 16,8% se autodefine practicante.
La fiesta secular
"La Semana Santa se ha convertido en un elemento de identificación, en una muestra para reivindicar nuestra identidad", explica el sociólogo y profesor de la UOC Francesc Núñez. Las procesiones y demás festividades tienen un caracter identitario, puesto que forman parte de nuestra tradición cultural y social. Esta explicación entronca muy bien con el origen de la procesión más famosa de Cataluña, organizada por la Cofradía 15+1 en l'Hospitalet de Llobregat. ¿Cuál es su historia? Una quincena de hombres de distintos pueblos de Sevilla estaban en un bar viendo las procesiones de la ciudad. En un brote de nostalgia, sacaron una mesa forrada con un mantel y una estampa de la Virgen para luego salir la calle. Muchos vecinos, fruto del recuerdo y la emoción, acompañaron al paso e incluso cantaron saetas desde los balcones.
Fotograma de la procesión de Viernes Santo de la cofradía 15+1, con Cristo en el calvario portando la cruz / YOUTUBE
Judith Nevado, presidenta de la 15+1, explica que se trata de una procesión civil y corrige el mito de que sea una comitiva laica: "Si se saca una imagen de la Virgen, pues no puede serlo". Constituidos como asociación, la diferencia reside en que no dependen directamente de la Iglesia Católica. "Si fuéramos una entidad canónica tendríamos que guardar los pasos y las imágenes en una parroquia, pero nosotros las tenemos guardadas en nuestros recintos. De la misma forma, necesitaríamos que un cura fuera siempre delante" de la comitiva, explica la máxima autoridad de la institución. No obstante, comenta que un sacerdote --estaba en una parroquia de la ciudad hasta que lo destinaron a otro sitio-- les asesoraba en temás más litúrgicos, como por ejemplo las vestimentas de las imágenes.
Procesiones y pasiones
Los pasos de Samana Santa también los marcan otras cofradías catalanas. Cornellà de Llobregat cuenta con la Asociación Cultural Cristo de la Buena Muerte, que empezó sus andaduras hace unos pocos años a partir de una escisión de la 15+1. La procesión se ha ido haciendo grande hasta consolidarse como municipio referente en el Baix Llobregat. No es una excepción, en Cataluña se espera que en Viernes Santo desfilen 108. Destaca la del Silencio de Badalona (Barcelona) con 392 años de historia. La más curiosa --que se mantiene desde el siglo XVII-- es la Dansa de la Mort del Jueves Santo en Verges; la única de tradición macabra en toda Europa que ha llegado hasta nuestros días. El profesor de la Universitat Oberta añade que "gran cantidad de personas, muchas de ellas sin un credo religioso definido, participan en la liturgia religiosa y desde una óptica laica adaptan un rito que es católico en origen". Se podría hacer el mismo paralelismo con los bautizos o matrimonios civiles.
Fotograma de un vídeo donde se desarrolla la 'Dansa de la mort' en Verges / YOUTUBE
Las procesiones no son los únicos elementos que representan a esta festividad religiosa. Las recreaciones de La Pasión --que abarca desde la detención hasta la muerte y resurrección de Jesús-- forman parte trascendental de la fiesta en Cataluña. La más famosa es, sin duda, la que organizan cada año en Olesa de Montserrat. Fuentes de la organización aseguran que "casi un millar de colaboradores hacen posible que la representación sea todo un éxito". Esta festividad está declarada como Fiesta Tradicional de Interés Nacional y fue la primera en recibir la Creu de Sant Jordi de la Generalitat en el año 2002. David Castells participa como actor en este evento tan importante: "Para mí significa mucho, porque se mantiene una tradición local que forma parte de la cultura popular. Lo llevo haciendo desde que nací, es lo que toca".
Fotograma del momento de la crucifixión de Cristo en la representación de la Pasión de Olesa de Montserrat / YOUTUBE