La historia de Ciro, aún siendo trágica, acaba bien. Maltratado y abandonado por su dueño en la basura, este galgo salvó la vida gracias a la intervención de las personas que se apiadaron de su deplorable estado. Del mismo da cuenta una sentencia en la que se condena a tres meses de prisión y un año de inhabilitación al autor de la agresión. Y aunque no ingresará en la cárcel --no tiene antecedentes penales y se trata de una pena inferior a dos años--, tanto SOS Galgos como el abogado de esta ONG que ejerció la acusación particular, Sergio García-Valle, valoran muy positivamente este fallo. “Hay pocas sentencias de este tipo porque no es fácil localizar y demostrar los hechos. La gente debe saber que el desgraciado que maltrató a Ciro ha cometido un delito y ha sido condenado”, afirma el letrado en declaraciones a Crónica Global.
La sentencia declara probado que durante los primeros días de septiembre de 2015, Miguel G. C, propietario del galgo, dejó atado junto a unos cubos de basura al animal --que entonces tenía dos años-- en la confluencia de las calles Bismuto y Magnesia de Madrid, donde permaneció “durante un tiempo prolongado” hasta que, sobre las 8.45 horas del 7 de septiembre fue hallado por otras personas que dieron aviso a la Policía Municipal.
Ciro, el galgo maltratado, ya está recuperado / CG
“El animal no disponía de agua ni de alimentos, se encontraba postrado, sin capacidad ambulatoria ni de mantenerse en pie, con erosiones y abrasiones en las cuatro extremidades, con inflamación y hematomas en zona del brazo izquierdo y fémur derecho y con deshidratación marcada, todo ello a causa de haber sido dejado atado el animal en dicho lugar y sin ninguna atención por parte de su propietario”, indica la resolución judicial, dictada por el Juzgado de lo Penal número 20 de Madrid.
Evidentes síntomas de maltrato
García-Valle explica que el acusado admitió los hechos para evitar una pena mayor, pues el castigo que contempla el Código Penal por el delito de maltrato animal oscila entre los tres y los 18 meses (si el animal muere). “Ciro tenía síntomas evidente del maltrato. Tenía chip, pero en la mayoría de casos, no es fácil averiguar la identidad del propietario. Los acusados acostumbran a decir que el animal se ha escapado o que lo han vendido a otras persona. Los desgraciados que se dedican al maltrato deben saber que cada vez hay una mayor sensibilidad social y que la Justicia les condenará. Hay pocas sentencias, por eso valoramos muy positivamente ésta”.
SOS Galgos asumió los gastos del veterinario, por lo que el condenado deberá pagar a esta protectora 300 euros en concepto de indemnización.
Anna Clements, directora de SOS Galgos, también se muestra “encantada” con la sentencia, pues “demuestra que hay un cambio de conciencia. El lobby de la caza ha sido siempre muy fuerte, pero ahora los jueces son más sensibles. Llevamos años luchando en la defensa de los galgos, pero ahora comenzamos a recoger los frutos”. Clements añade que aunque el acusado no irá a la cárcel “es bueno que el caso se sepa en redes para crear así un clamor contra el maltrato”.