El tomate Raf, de las siglas Resistente A Fusarium en alusión a un tipo de hongo, es un manjar muy cotizado por la calidad de su sabor, es un vegetal muy caro pero muy valorado en el mercado gastronómico. Su cultivo implica una decisión crucial para el agricultor: sacrificar cantidad por calidad en busca de un producto gorumet. 

¿Qué supone este problema? Que en muchos casos se planten ejemplares híbridos casi idénticos mucho más baratos que los Pata Negra del tomate. Algunos agricultores denuncian los problemas en los puntos de venta para reconocer este tipo de tomate, puesto que se venden como Raf cuando en realidad no lo son. "El problema no es que se planten híbridos, es que se engañe al consumidor", explica el agricultor Jorge Lorenzo en una información recogida por La Vanguardia

¿Reconocibles?

Los tomates Raf son fácilmente reconocibles, puesto que son irregulares de color verde intenso; rojizo en la base con surcos profundos y aspecto acostillado. Su interior es carnoso con semilas pequeñas, y su proceso de maduración es de dentro hacia afuera. 

La desprotección del tomate Raf es evidente porque no está registrado comercialmente ni existe ninguna Denominación de Origen. Por eso la mayoría de productores de tomate cree que la única solución pasa por el envase inviolable. De totas formas, existen maneras de detectar el fraude. Por ejemplo, es prácticamente imposible que uno auténtico cueste entre 3 y 6 euros.