Los milenials son la generación de moda. Este colectivo de población nacido entre mediados de los años 80 y finales de los 90 ha cambiado la sociedad actual. “Han vivido la transformación de la tecnología hacia la adaptación de la forma de vida. Ellos compran, se comunican y ven la vida de otro modo”, señalan desde Repara tu deuda, que ha elaborado un perfil para descubrir cómo son los milenials de hoy en día.
La también conocida como generación Y está formada por personas ilustradas que se informan acerca de todas las temáticas posibles, por lo que se puede hablar con ellos sobre prácticamente cualquier cosa. Suelen pasar más de seis horas al día pegados a una pantalla (ya sea móvil, tablet, televisión, ordenador…), aunque no son necesariamente adictos a la tecnología y a las redes sociales.
Son unos emprendedores
Los milenials son, por norma general, bastante exigentes. “Es un error pensar que este grupo de población se conformará con lo más sencillo y rápido, todo lo contrario. Van a exigir hasta que consigan lo que desean”, indican desde el despacho de abogados, que apuntan que también son personas a las que les gusta emprender. “Muchos milenials deciden que lo mejor es crear un negocio por su cuenta, no quieren depender de otras personas o empresas para ser contratados”.
Los jóvenes de hoy en día están tan conectados con el mundo que les rodea que “observan a los influencers con un alto poder adquisitivo, pasan largas tardes viendo fotos de sus amigos con coches de alta gama o se deprimen cuando tienen que rechazar invitaciones a restaurantes por falta de dinero”.
Viven en una realidad alternativa
Pasar tanto tiempo en las redes sociales les provoca, en ocasiones, una doble realidad “al pensar que lo que están viendo es lo que tienen que hacer, incluso puede convertirse en prácticamente una obligación. “A muchos milenials les da pánico aceptar que se encuentran en una situación económica muy complicada y tienen que recurrir a las tarjetas de crédito, algo que por sí mismo no es algo maligno, aunque entienden perfectamente dónde está el límite y saben cuándo parar”, explican los responsables del informe.
Los miembros de este colectivo, en su mayoría, son conscientes del dinero que tienen, gastan y ahorran. “Gastan en lo que necesitan y tratan de evitar las deudas que se acumulan por el estrés que genera no poder pagarlas”, puntualizan. “Además, ya no están preocupados por casarse o divorciarse, tampoco por guardar dinero para la pensión ni por comprar una casa. Ellos prefieren alquilar un piso, viajar y centrarse en el día a día, no tanto en ahorrar dinero”.