El pare Manel, sacerdote conocido por su trabajo social (sobre todo por ayudar a la reinserción de presos), que dio pie a una fundación que lleva su nombre y que gestiona un millón de euros al año, no es ajeno a los diversos casos de abusos en la Iglesia que están apareciendo en los últimos tiempos. Y ve en estas denuncias razones políticas: "¿Por qué después de 40 años? ¿Y en el monasterio [de Montserrat]? Aquí hay descaradamente un ataque a Cataluña".
En la misma línea declara que "sabe mal" todo el asunto de los abusos, porque "han hecho daño la gente", y tienen que "aceptar" las críticas. Pero no por ello se plantea alejarse de la Iglesia. "¡Que se vayan ellos! A mí ya me va bien celebrar misa con la gente con la que lo hago", añade. Preguntado directamente por si ve razones políticas en el destape de tantos casos de abusos, matiza que "seguro que ello influye".
"Pasa en familias normales"
"Si esto pasa en familias normales que pueden vivir más o menos la sexualidad... ¡imagínate en un convento o con un capellán!", concluye en una entrevista en El Crític. Tampoco rehuye las cuestiones políticas (fue en las listas de JxCat al Parlament en 2017). Afirma que "siempre ha existido un cierto fascismo, preocupación por la seguridad". Y, sobre el procés, que no esconde que le excita, sentencia: "No lo tenemos fácil, pero tenemos que seguir, sin perder el seny y sin caer en la violencia".
La Fundació Pare Manel recibe de las arcas públicas un tercio de su financiación. El sacerdote niega la existencia de un dilema ético por la procedencia de una parte de los ingresos. "Hay contradicciones, pero no se puede ser crítico con todo".