Por lo general Barcelona y Tarragona se suelen llevar todos los elogios cuando se habla de turismo en Cataluña. La gran ciudad, las playas de la Costa Daurada o esos pequeños pueblos con encanto de Girona copan los titulares al hablar de lugares que visitar. Pero, ¿qué pasa con Lleida?

La realidad es que existen muchos lugares que visitar, tanto para participar de sus fiestas patronales como para hacer turismo enológico o para recorrer sus museos. Así, el visitante podrá encontrar en la provincia numerosos rincones desconocidos que no suelen aparecer en las guías turísticas pero que merece la pena recorrer. Como por ejemplo:

Sort

La localidad de Sort es conocida sobre todo por ser el lugar donde se fundó la administración de lotería La Bruixa d’Or, que suele ser una de las que más premios reparte en la Lotería de Navidad en España. Sin embargo, este pequeño municipio es uno de los lugares más encantadores de Lleida y cuenta con numerosos atractivos turísticos.

Empezando por el invierno, ya que el pueblo está situado a apenas media hora de la estación de esquí Port Ainé, un lugar donde la naturaleza se disfruta sobre esquíes o sobre una tabla de snowboard. Y siguiendo por la primavera, donde el deshielo vuelve el río Noguera Pallaresa en una divertida zona de rafting y piragüisimo. Además, Sort conserva un castillo construido en la Edad Media y es sede del restaurante con estrella Michelin Fogony. En definitiva, un lugar muy recomendable para una escapada de fin de semana.

Tor

Este minúsculo pueblo del pirineo catalán es muy poco conocido, si bien hace algunos años creció en popularidad por una historia casi de película retratada en el libro Tor: la montaña maldita por el periodista Carles Porta. Una obra de traiciones en plena montaña y luchas por el territorio que acabó con la muerte de una persona en aquel municipio. Este hecho, atrajo turismo literario al pueblo, aprovechando el tirón de la novela.

Anécdotas al margen, esta pequeña joya del pirineo de Lleida cuenta con un refugio de montaña, remodelado y abierto al público hace cuatro años, en el que quedarse a hacer una breve parada o como cuartel general desde el que planificar rutas por estos parajes que con la subida de las temperaturas se tornan verdes y adecuados para recorrer a pie.

La Clua

Otra de las localidades desconocidas de Lleida es La Clua, un pueblo que pertenece al término municipal de San Esteban de la Sarga. El lugar se encuentra en el pico de uno de los ensanches más grandes del río Segre y con salida directa al embalse del Rialb, por lo que también es adecuado para practicar todo tipo de deportes de aventura.

De hecho, éste es el principal atractivo de la zona, que cuenta también con escarpados acantilados que bordean el río y que ofrecen una panorámica incomparable para el visitante, que puede acceder a los pueblos cercanos recorriendo el cauce del río.

Abella de la conca

Por último, destacar este pequeño pueblo que, literalmente, está esculpido sobre la roca de la montaña. Lo más destacado es la iglesia de Abella de la Conca, una construcción románica del siglo XII que parece que se va a caer del pico de la montaña. Como suele ser habitual, la localidad es un destino estratégico para visitar el resto de pueblos de la zona de la comarca de Pallars Jussá, con un gran atractivo rural.