La cementera de Vallcarca, situada en la comarca del Garraf, opera en la actualidad al 50% de su capacidad. La cantera, explotada por el grupo Portland Valderrivas --filial de la constructora Fomento de Construcciones y Contratas (FCC)-- tiene permiso para seguir produciendo hasta 2029. Sin embargo, la cementera no es la única infraestructura que se construyó en medio del parque natural del Garraf para explotar las canteras de piedra caliza de estas montañas.
También sigue existiendo una antigua estación de tren, que fue abandonada en 1994 y actualmente se encuentra en estado ruinoso. Ni las empresas que han explotado las canteras ni las diferentes administraciones públicas se han encargado del desmantelamiento de las vías ni del apeadero. Preguntado por este medio, el departamento de Territori de la Generalitat ha reconocido que no tiene ninguna “planificación prevista al respecto”. Es decir, que las instalaciones seguirán ahí, degradándose con el tiempo y sin ninguna utilidad productiva. Entidades ecologistas y vecinales han denunciado la peligrosidad que supone el abandono de estas infraestructuras, así como el impacto negativo que generan en el parque natural del Garraf.
Prórroga de la concesión
Pero también hay una tercera instalación que se construyó en el conjunto de la cadena de producción de la cementera y que tiene una situación administrativa más compleja y delicada. Se trata del puerto industrial de Vallcarca, cuya concesión adjudicada por la administración autonómica finalizó el 28 de julio de 2018. No obstante, antes de que terminara el permiso, el concesionario pidió a Ports de la Generalitat una autorización ad hoc para prorrogar el uso del puerto durante 15 meses más, algo a lo que el Govern accedió. El puerto ahora sirve para transportar por vía marítima piedras procedentes de las canteras del Garraf que son utilizadas en las obras de ampliación del Puerto de Barcelona.
“Este transporte marítimo se está haciendo desde noviembre como alternativa al transporte por carretera de esta piedra, unas 700.000 toneladas, que supondría el paso de 28.000 camiones por una red de carreteras con mucho tráfico de vehículos”, explican desde Ports de la Generalitat. El Govern justifica esta ampliación de la concesión desde una perspectiva ecologista, ya que el transporte por barco permite llevar de 800 a 900 toneladas de piedra por viaje, lo que supone “un ahorro de emisiones y una apuesta por la movilidad sostenible” en comparación con el transporte por carretera.
Futuro incierto
Según las previsiones de la Generalitat, los trabajos de traslado de piedras al Puerto de Barcelona --que está en fase de ampliación para albergar más cruceros y ferris-- deberían finalizarse antes de que expire la ampliación de la concesión. Una vez acabado, analizarán cuál es el futuro del puerto industrial de Vallcarca.
En junio de 2017, la entidad ecologista Lliga per a la defensa del Patrimoni Natural (Depana) exigió el cierre y desmantelamiento de todas las instalaciones de la cementera de Vallcarca. También exigieron la descontaminación del entorno, que se ha visto afectado por la actividad industrial, y la incorporación de todo el sector en el espacio natural del Garraf. No obstante, su petición fue desoída por las diferentes administraciones, que admiten no tener ningún plan para la zona. En octubre próximo deberán decidir qué hacer con el puerto de Vallcarca, que podría ver su fin al acabarse la ampliación de la concesión.
Ubicación del puerto de Vallcarca