Cementiris de Barcelona (Cbsa) no podrá identificar a los más de 350 cuerpos que sepultó el derrumbe de 144 nichos en el Cementerio de Montjuïc en septiembre de 2017. Esta es la trágica conclusión de un catedrático en Antropología Física y Forense, cuyo peritaje señala de forma meridiana que la forma de recoger los restos, "la peor posible", impedirá poner nombre y apellidos a los huesos hallados entre escombros y restos de madera.
En un informe pericial hecho público hoy miércoles, Miguel Cecilio Botella López, catedrático de Antropología Física y Forense de la Universidad de Granada, a la sazón miembro de la cúpula de la Forensic Anthropology Society of Europe, desgrana las actuaciones que llevó a cabo la empresa municipal que comanda Jordi Valmaña y preside Eloi Badia, concejal de Presidencia. Según el experto, la "desacertada actuación inicial" cuando se produjo el hundimiento hace prever que ni Cbsa ni la empresa contratada por la sociedad 100% municipal para identificar los restos mediante muestras de ADN puyedan completar dicho proceso.
"No se podrán identificar"
Botella López manifiesta que las medidas tomadas postderrumbe "no siguió protocolo alguno". Recalca el experto, que también dirige el Laboratorio de Antropología del centro universitario y presume de una acreditación honoris causa nivel C, que "no participó ningún arqueólogo ni antropólogo", "no se empleó sistemática alguna" y "se mezclaron los restos humanos en montones en completo desorden sin conocimientos específicos en Antropología Físic y Forense". Ello provocó la "destrucción de datos muy valiosos que en otras circunstancias hubieran permitido la identificación" si no de todos los sujetos, "cuanto menos de muchos más de los que ahora se van a poder identificar".
El profesor universitario, adscrito al departamento de Medicina Legal de la misma universidad, recuerda que "si se consiguen recuperar aquellos huesos y fragmentos [...] se van a contar con millones de huesos y fragmentos de los que no será posible su identificación, sea cual sea el método que se aplique". Esta situación compleja deja solo una salida. "Cabe solo realizar un estudio como osario, ya que la mezcla de restos impedirá la identificación de todos o la práctica totalidad de los sujetos".
"La peor posible"
En un informe muy crítico con Valmaña y Badia, el catedrático concluye que "la manera de recoger el material humano, restos y huesos, ha sido la peor posible y ello condiciona de modo determinante la identificación de los sujetos que estuvieron inhumados de manera individual en los nichos derrumbados". Tal es el grado de chapuza acometida por Cementiris de Barcelona que "no va a ser posible la identificación de la gran mayoría de individuos y solo se podrá llegar a algún tipo de identificación mediante técnicas antropológicas".
Ello descarta por completo la eficacia de las técnicas de ADN --muy costosas para la empresa municipal--, que dieciocho meses después no han dado resultados, tal y como avanzó este medio.