Tras los dos ataques a centros de menores extranjeros no acompañados --denominados menas-- en la provincia de Barcelona en menos de una semana, desde la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado alertan sobre el "efecto llamada" y el peligro de que se vuelvan a repetir unos incidentes que no consideran “aislados”. Rafael Escudero, director general de esta entidad que se personará como acusación popular en la causa, cuenta a Crónica Global que en el ataque contra el casal de Castelldefels “se ha producido un delito de odio”. “Las personas que atacaron el centro deben obtener todo el peso de la ley”, ha señalado.

En cambio, la alcaldesa de esta ciudad de más de 66.000 habitantes, María Miranda Cuevas (PSC), explica a este medio que pese a que “la Generalitat habla de un ataque racista”, desde el consistorio quieren ser “prudentes” y esperar a conocer lo que determina la investigación de los Mossos d’Esquadra. A pesar de la postura del equipo de gobierno municipal, este lunes a las 19:00, decenas de personas se concentraron en la plaza de la Iglesia del municipio para mostrar su repulsa ante lo sucedido. 

Traslado unilateral de la DGAIA

El casal en el que se produjo el suceso, Cal Ganxo, lo gestiona Fundesplai para la realización de actividades relacionadas con el cuidado medioambiental. “A finales de noviembre o principios de diciembre, la DGAIA traslada de forma unilateral a estos 35 menores tutelados al centro, que no se concibió para este objeto”, ha explicado la alcaldesa. Una vez el ayuntamiento pide una explicación, desde la fundación les trasladan que esta ubicación será “transitoria” y que será “por un periodo corto de tiempo” . Tras un nuevo requerimiento del consistorio, explica Cuevas, les indican que el traslado se producirá el 15 de marzo.

Can Ganxu, donde se alojaban los menores tutelados en Castelldefels / 324

Can Ganxu, donde se alojaban los menores tutelados en Castelldefels / 324

Es en este contexto en el que se produce el suceso este pasado sábado, ante el que la primera edil de la ciudad se muestra prudente. La disputa entre jóvenes, indica, se inició en otro punto de la localidad, y continuó ante el centro de menores tutelados. Al día siguiente, se concentraron ante la casa --ya con protección policial-- vecinos del municipio que fueron identificados por los policías. “No pudieron acceder porque se lo impidieron los agentes”, explica la alcaldesa del PSC.

Ningún detenido

Por su parte, el director general de la Red Española de Inmigración ha criticado que los Mossos “identificaron a muchos” de los agresores pero “no detuvieron a nadie”. Un actitud que no entiende: “Nos sorprende y nos preocupa que no se produjeran arrestos tras los incidentes”, por lo que considera que “ante un flagrante delito, tenían la obligación de garantizar la seguridad” de los menores.

Unos incidentes, el de Castelldefels, pero también el de Canet de Mar, que según Escudero, exdirector de un centro de jóvenes tutelados “retrotrae a los años 30 en Europa, acosando centros de menores”.

Ataque

Según han explicado fuentes de los Mossos, el incidente se origina tras un lanzamiento de piedras entre residentes en la localidad y los jóvenes extranjeros. La utilización de este objeto responde al terreno en el que se encuentra la casa, “no a que las llevasen en encima con la intención de agredir”. La edad de los que participaron en este suceso --el sábado-- oscila entre los 15 y los 25 años.

Al día siguiente, se estableció en la zona un dispositivo policial ya que se previó que podría existir algún tipo de represalia o nuevo incidente. Equipos de la unidad móvil identificaron a unas 15 o 20 personas por proclamas xenófobas. “Si existió o no un delito de odio lo debe terminar el fiscal, no los agentes”, explican fuentes policiales.

“Incidentes aislados”

Desde el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia explican a este medio que ambos incidentes son “absolutamente aislados” pese a haber sido “graves”. Respecto al traslado de los que se encontraban acogidos en el centro de Castelldefels relatan que no obedece a los ataques sino a seguir con el protocolo que estaba previsto. “Este hecho, ni lo ha acelerado, ni lo ha frenado”, explican.

Sí admiten que el sistema de acogida de la Generalitat se ha visto desbordado en ocasiones debido a la alta afluencia de jóvenes. “Si no se encuentra una plaza en un centro, pueden darse situaciones como las de pasar la noche en una comisaría, pero lo habitual es buscarles una plaza en un centro", explican. El secretario de Igualdad y Migraciones de la Generalitat, Oriol Amorós, calificó este lunes de "racismo" las agresiones.  "Lo que no es aceptable, pasara lo que pasara, es ir a un centro de protección a la infancia, entrar encapuchado con actitud agresiva, y agredir a trabajadores que están haciendo su trabajo y agredir a menores", señaló. 

Soluciones

Escudero apunta que para mejorar la atención a estos niños es fundamental una medida: el triaje. “No tiene las mismas necesidades un consumidor --en referencia a la adicción a las drogas-- que una persona con una enfermedad mental, por eso se necesita atención psicosocial, jurídica y sanitaria para cada caso". Una labor que no se lleva a cabo en muchas ocasiones porque los centros se encuentran "saturados", señala. 

"Tenemos que garantizar también la convivencia vecinal", subraya. Para asegurar la integración de los menores, es fundamental empezar a construir "una red" en el entorno y también contar con atención psicológica en los centros.