La encefalitis es una enfermedad que conlleva una inflamación del sistema nervioso central, sobre todo del cerebro, las meninges y la médula espinal por la entrada al cuerpo de un virus. Aunque es una enfermedad poco frecuente, la Sociedad Española de Neurología ha estimado que cada año se diagnostican en España unos 600 casos nuevos. Además, muchos de los pacientes que padecen encefalitis no se llegan siquiera a diagnosticar, pues presentan síntomas tan atípicos que no se consigue identificar el agente causante y, por lo tanto, no se declara.
Los niños, ancianos y personas con el sistema inmunitario débil son los más propensos a padecer esta enfermedad que, según advierten los expertos, se ha elevado de forma alarmante entre los niños no vacunados, principalmente menores de un año.
Las encefalitis graves presentan una alta mortalidad si no se tratan correctamente
La mayor parte de los enfermos de encefalitis evolucionan bien con el tratamiento adecuado. Síntomas como la fiebre, el dolor de cabeza, las náuseas y los vómitos suelen ser los más comunes, además de una disfunción del sistema nervioso. Estos pacientes se suelen recuperar en pocas semanas. Sin embargo, los casos graves conllevan un alto riesgo de mortalidad y secuelas altamente discapacitantes, entre las que destacan el desarrollo de epilepsia, déficits motores, síntomas cognitivos, trastornos en el comportamiento y trastornos del aprendizaje.
Representación de una encefalitis / PIXABAY
El 22 de febrero se celebra a nivel mundial el Día de la Encefalitis, con el fin de concienciar y visibilizar esta enfermedad. La identificación temprana, así como de sus causas, resulta clave para disminuir el riesgo vital. Evitar ingerir agua y alimentos en mal estado, protegerse ante picaduras de insectos, especialmente en climas tropicales, o mordeduras de animales portadores y vacunarse son algunos de los métodos más efectivos para prevenir las consecuencias catastróficas de una encefalitis.