La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha descubierto sustancias tóxicas en bálsamos para niños. Se trata de derivados del petróleo potencialmente cancerígenos, por lo que recomienda usar otros productos infantiles que estén compuestos de aceites naturales o ceras.
Tras analizar quince productos, la OCU ha detectado que solo dos no contenían estas sustancias entre sus compuestos. En concrento se trata de Mineral Oils Saturated Hydrocarbons, MOSH, y Mineral Oils Aromatic Hydrocarbons, MOAH.
Porcentaje no apto
Respecto a los MOSH --Hidrocarburos Saturados de Aceites Minerales (Mineral Oils Saturated Hydrocarbons, por sus siglas en inglés)--, la organización subraya que, dada su toxicidad, la asociación europea de fabricantes, Comestic Europe, recomienda que el porcentaje de esta sustancia no sea superior al 5%. Y en seis de los bálsamos analizados sí lo era.
En los siete restantes ha detecado MOAH --Hidrocarburos Aromáticos de Aceites Minerales (Mineral Oils Aromatic Hydrocarbon, por sus siglas en inglés)--, "una impureza indeseable independientemente de la concentración hallada".
Seguridad Alimentaria
Aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no permite la presencia de MOAH en los alimentos porque puede resultar cancerígenos, no existen restricciones en los cosméticos, "a pesar de que se pueden chupar o tragar", sobretodo en el caso de los menores.
La recomendación de esta organización pasa por que los consumidores eviten los labiales que lleven derivados del petróleo o que tengan algunos de estos compuestos: Microcrystalline Wax, Hidrogenated Microcrystalline Wax, Hidrogenated Polyisobutene, Ceresin, Ozokerite, Paraffin, Paraffinum Liquidum, Petrolatum, Polyethylene, Polybutene y Synthetic Wax.
Componentes vegetales
En cambio, en los productos de estas características hechos a base de productos vegetales, la OCU no ha encontrado sustancias potencialmente cancerígenas. Razón por la que recomienda usar bálsamos elaborados a base de aceite de oliva, cera de abejas, lanolina, karité o jojoba.
Las conclusiones de este estudio se han trasladado a la Agencia Española del Medicamento a la que han exigido legislar sobre la presencia de sustancias contaminantes en los cosméticos.