Los okupas de Ca La Trava vuelven a protagonizar disturbios en el barrio de Gràcia, en Barcelona. Un grupo de antiguos ocupantes ilegales y simpatizantes de este edificio han atacado la sede del distrito en el que se sitúa esta casa. Han lanzado pintura roja a la fachada y, previamente, se han concentrado en los alrededores de la finca para protestar por el derribo del edificio desalojado en octubre del año pasado.
El movimiento radical "Ca La Trava resisteix" ha reunido a unas cuarenta personas, según fuentes presentes en el acto, y ha distribuido varias imágenes en las que se adjudican la autoría del ataque al edificio institucional, así como el encendido de varias bengalas y el intento de colapso en una de las calles del barrio mediante barricadas.
Contra el derribo de Ca La Trava
El grupo de okupas ha distribuido a través de sus redes sociales un comunicado rechazando la conversión del edificio en pisos de lujo y propugnan que siguen "en pie de guerra" aunque hayan sido desalojados. Culpan a las nuevas construcciones de la subida de los alquileres en el barrio y aseguran que "somos muchas las que, día tras día, nos vemos afectadas por la gentrificación y somos expulsadas de nuestas casas". "Tres meses después del desalojo seguimos con la misma rabia que expresamos en las calles", especifica el comunicado en relación a los disturbios que protagonizaron los días posteriores de haberles expulsado del edificio.
Fachada del distrito de Gràcia tras el ataque de los okupas de Ca La Trava / TWITTER
Esta mañana, varios encapuchados se han encaramado a la azotea de Ca La Trava y han desplegado una pancarta en el lateral del edificio en la que se podía leer "Si Ca La Trava va a terra, Gràcia en peu de guerra". También han situado contenedores de basura en plena vía para impedir el paso del equipo de derribo. Sobre las 10.00 horas, la concentración se ha disuelto. Las máquinas que supuestamente debieran haber derribado el edificio no han aparecido.
La casa que quiso comprar el Ayuntamiento
El equipo de gobierno local del Ayuntamiento de Barcelona intentó hacerse con la propiedad, como ya ha hecho con otros edificios que se encontraban en la misma situación, para cederlo a los okupas que habitaban de forma ilegal en ella. Sin embargo, "la situación fuera de ordenación que tiene el edificio nos inhabilita para poder hacerlo", alegó Eloi Badia, concejal del distrito de Gràcia
Desde el departamento de prensa del Ayuntamiento de Barcelona aclararon que el problema residía en un tema legal: el consistorio estudió "la viabilidad de comprar el edificio, pero no llegó a hacer una oferta porque jurídicamente no podía".