¿Llevar a los niños a la guardería o que se queden en casa unos meses más antes de ir al colegio? Es la difícil pregunta que muchos padres se plantean cuando sus bebés comienzan a crecer. Los progenitores pueden guiarse por los resultados de un estudio del que se hacen eco en The Telegraph y que revela que los niños que van a la guardería tienen menos probabilidades de tener problemas con sus habilidades sociales, relaciones difíciles con sus compañeros o problemas de comportamiento, especialmente si el periodo de estancia en la misma es superior a un año.
La investigación, llevada a cabo por la Sorbonne University de París (Francia), sugiere que el cuidado que reciben los más pequeños en las guarderías puede mejorar su lenguaje y sus habilidades de pensamiento y, probablemente, también su destreza académica.
¿Cuidadores, guarderías o familiares?
Para llegar a esta conclusión los investigadores realizaron un seguimiento de alrededor de 1.500 niños desde su nacimiento hasta los ocho años, completado por un cuestionario rellenado por sus padres al cumplir diferentes edades. Dicho cuestionario se centraba en problemas de comportamiento y emocionales como la dificultad para hacer amistades, la hiperactividad, la falta de atención o la conducta.
Casi la mitad de los niños (44,5%) participantes en el estudio habían sido atendidos por cuidadores, alrededor de un 25% habían acudido a guarderías, mientras que casi un tercio había sido atendido en casa por familiares o amigos.
Mejores habilidades sociales
El análisis de los resultados reveló que, en comparación con los niños que habían sido cuidados en casa por familiares o amigos, los que recibían atención formal en guarderías tenían menos probabilidades de sufrir problemas emocionales y de conducta, y mayores habilidades sociales.
"En comparación con los niños que recibieron cuidados informales en casa, los niños que habían asistido a guarderías tienen menos problemas emocionales, pero los que son atendidos por un cuidador tienen más problemas de comportamiento", señaló la doctora Maria Melchior, coautora del estudio.