La Navidad es una época especial para todo el mundo, pero aún más para las personas que tienen niños pequeños en casa. Ir a ver las luces y adornos navideños o poner el árbol en casa son momentos de alegría y felicidad para los hijos, e inigualables e insustituibles en la vida de los padres.
Si para un niño no hay mayor emoción que abrir un regalo, para sus padres el mejor regalo de Reyes Magos posible es ayudarles a construir su resiliencia cada día, tal y como ha revelado un informe de Danone Nutricia Early Life Nutrition.
¿En qué consiste?
La resiliencia permite que los niños afronten de manera independiente y flexible las experiencias futuras. “Hoy en día, esta habilidad es más importante que nunca porque el mundo está en constante cambio y no conocen los retos a los que se tendrán que enfrentar en el futuro”, apunta la psicóloga y orientadora educativa Raquel Sánchez.
En este sentido, esta capacidad de descubrimiento y de adaptación ante cualquier situación, incluso a las más adversas, fomenta que los bebés desarrollen un carácter sereno, estable y tranquilo.
La sonrisa de un bebé
Otras de las opciones más deseadas por los padres es pasar más tiempo con sus hijos. “Nuestro ritmo de vida actual nos dificulta, en muchas ocasiones, estar todo el tiempo que desearíamos con nuestros hijos. Compartir momentos juntos es vital para un correcto desarrollo cognitivo y para ayudarles a descubrir el mundo de una forma más temprana, fomentando su resiliencia”, expone Sánchez.
Despertarse cada día viendo una sonrisa de sus bebés es otro de los mejores regalos de los Reyes Magos para los padres, así como disfrutar de más horas de sueño. “Lograr que los niños desarrollen un carácter tranquilo tiene un efecto muy positivo en los trastornos del sueño porque les permite dormir más horas durante la noche, y junto a ellos también descansarán sus padres”.
Niños para siempre
El último regalo navideño que piden los padres es que sus pequeños no crezcan nunca. “Es un sentimiento común entre los padres querer disfrutar de sus hijos mientras son pequeños lo máximo posible y por eso desean que no crezcan nunca”, señala la psicóloga.
“No obstante, todos deseamos que crezcan de una manera sana y dejándoles que experimenten el mundo que les rodea para ayudarles a desarrollar su capacidad de adaptación”, explica Raquel Sánchez.