El consumo de lo que los españoles entienden comúnmente por jarabe aumenta considerablemente en los meses más fríos del año. Es un remedio habitual cuando alguien sufre un resfriado y tose de forma continuada durante varios días. Este síntoma puede tener algunas características concretas. Por ejemplo, son habituales los casos con flemas o irritación. De ser así, existen productos en las farmacias que se adaptan a las necesidades de cada paciente.
Los consumidores asocian la palabra jarabe a la disolución de principios activos en agua con alguna forma de azúcar. Sin embargo, este concepto también incluiría lo que técnicamente se entienden como soluciones orales. En España se comercializa una amplia variedad de productos de este tipo, con componentes tan llamativos como el alcohol. De hecho, es habitual que lo incluyan los laboratorios farmacéuticos en este tipo de remedios.
¿Qué contiene un jarabe?
Los jarabes son soluciones con base acuosa, agua destilada, en la que se disuelve azúcar y se añade uno o varios principios activos para tratar síntomas como la tos o el asma. El azúcar actúa como conservante, por lo que evita que los elementos de la fórmula cambien sus propiedades o crezca cualquier tipo de microorganismo. Además, hace que se mantenga en perfecto estado durante más tiempo. No obstante, una desventaja es que lo diabéticos deben prestar atención a la composición antes de ingerirlo.
Sin embargo, no son los únicos componentes. Muchos laboratorios farmacéuticos que distribuyen estos tratamientos en España también añaden alcohol a sus jarabes. El motivo es que algunos principios activos, que son los que frenan la tos, no pueden añadirse correctamente si no se disuelven previamente en este tipo líquidos.
El mercado en España
Los médicos acuden habitualmente a estos formatos para tratar los distintos tipos de tos. En España, según los datos con la especificación de jarabe dentro de la página web de Vademecum, los laboratorios comercializan un total de 23 marcas en las farmacias para aliviar estos síntomas. De todos estos frascos, 12 de ellos contienen algún tipo de alcohol, especialmente en aquellos formulados para tratar irritaciones de garganta que producen picor.
Una persona con gripe guardando reposo / EFE
De acuerdo con estos datos, es un elemento al que se recurre con bastante frecuencia, en más de la mitad de los casos. De hecho, el etanol y el maltitol son los que más aparecen en las composiciones que se colocan en los lineales de las farmacias. El 83% de los jarabes que incorporan alcohol incluye alguno de los dos tipos anteriores. No obstante, también se pueden encontrar, aunque en menos ocasiones, glicerol y maltitol.
Los jarabes con alcohol
Los remedios para los distintos tipos de tos (productiva o improductiva) que se comercializan en las farmacias españolas y que contienen alcohol son los siguientes:
- Pazbronquial
- Romilar
- Stodal
- Bisolvon antitusivo
- Bisolvon expectorante
- Iniston antitusivo
- Laitos
- Paracodina
- Cinfahelix
- Prospantus
- Tusclin
- Histaverin
Sin embargo, los tipos de alcoholes que incluyen en su composición son diferentes en cada caso. Esta variante hace que cada uno de los jarabes anteriores esté recomendado para síntomas determinados o para consumidores que cumplen unas características específicas. No es nada alarmante, su concentración tan baja y su dosis tan pequeña no provocan ninguna reacción en el paciente salvo casos excepcionales.
Personas en rehabilitación
Las personas alcohólicas que se encuentren en rehabilitación tienen totalmente prohibido el consumo de jarabes que incluyan estas sustancias, independientemente de la concentración que tenga este producto. Ingerir un remedio con este tipo de composición supone un alto riesgo de volver a reincidir en la enfermedad.
Una persona frente a un vaso de cerveza / EFE
Debido a la gran variedad de productos para la tos que se venden en España, este tipo de personas pueden consumir cualquier otro tratamiento de presentación similar pero que no contenga alcohol. De hecho, no es difícil encontrar una alternativa igualmente efectiva en las farmacias.
Alcoholes para diabéticos
Las personas cuyo páncreas no sintetiza correctamente la insulina deben tener especial cuidado con estos productos. A la hora de acudir a su médico de cabecera deben comunicar que padecen esta enfermedad para que el profesional sanitario les recete el jarabe idóneo según cada caso. Hay alcoholes que, además de actuar como diluyente, funcionan como edulcorantes.
Un diabético comprueba su nivel de insulina en sangre / EFE
El maltitol, por ejemplo, es un alcohol que proviene de la sacarosa, por lo que los jarabes que lo incluyan en esta fórmula serán aptos para diabéticos. No ocurre lo mismo con aquellas combinaciones que añaden glucosa o fructosa como conservantes.
Los jarabes para niños
El alcohol es un elemento que también aparece en los jarabes para niños, aunque resulte extraño. Aunque en España no está regulada la cantidad máxima que puede contener cada frasco, en otros países como Estados Unidos la concentración que se debe añadir sí que está limitada. Por lo tanto, los laboratorios no pueden fabricar remedios con volúmenes de estas sustancias superiores a los permitidos.
Por ejemplo, la agencia americana Food & Drug Administration (FDA) establece que la concentración debe situarse entre el 0,5% y el 10%. La cifra exacta dependerá de la edad del menor que lo consuma. No obstante, en España son muy pocos los jarabes para niños que incluyen alcohol.