Las bicicletas tendrán prohibido circular por casi todas las aceras de Barcelona a partir del 1 de enero. A partir de esa fecha, sólo podrán transitar en aquellas que superen los cinco metros de anchura, y siempre y cuando no exista un carril bici en la misma calle.
La medida excluye a la gran mayoría de vías del Eixample barcelonés, donde hasta ahora las bicis podían circular por la acera gracias a una moratoria que se acabará el martes.
Excepciones
Durante los primeros seis días, la Guardia Urbana avisará a los usuarios de la normativa y no los sancionará, excepto en aquellos casos de conductas más graves. También se reforzará la campaña informativa y la presencia de informadores en las calles.
Los ciclistas sólo podrán circular por aquellas aceras que tengan más de cinco metros de ancho y tres de paso libre, y siempre y cuando no tengan un carril bici al lado; por las noches, entre las 22.00 y las 7.00 horas, si son de más de 4,75 metros (caso de las del Eixample); si se acompaña a un menor de 12 años; y en los carriles bici situados encima de la acera, a un máximo de 10 km/h.
200 km de carriles bici
El director de Servicio de Movilidad de Barcelona, Adrià Gomila, apunta la importancia de estas medidas y cambio de mentalidad: "El cambio que tenemos que hacer es que, de forma mayoritaria, no se puede ir en bicicleta por las aceras", ha afirmado.
Según el consistorio, la red de carriles bici de la ciudad suma ya más de 200 kilómetros, y el 90% de los barceloneses tienen vías ciclistas a menos de 300 metros de sus casas. Si a ello se añaden las denominadas 'vías ciclables' --calles con límite de velocidad de 30 km/h y plataformas únicas--, la movilidad ciclista dispone de unos 1.000 kilómetros en toda la ciudad.
100 euros de multa
La sanción por circular por aceras se considera leve y se multará con 100 euros, reducibles a la mitad si se paga con rapidez. Las infracciones graves, como la conducción temeraria, se penarán con 200 euros y las muy graves, con 500 euros.